Contador, Schleck y Armstrong, que subieron al último podio, vuelven a ser los aspirantes al triunfo
02 jul 2010 . Actualizado a las 03:20 h.El que se pierda en los Pirineos difícilmente encontrará el camino de la victoria. La senda que lleva al podio de los Campos Elíseos arrancará mañana en Róterdam con un prólogo de 8,9 kilómetros, pero visitará el pavés del Infierno del Norte y se retorcerá en las cumbres pirenaicas para exprimir la general y separar la paja del trigo. Y ese escenario estará presidido por el Tourmalet. Un buen argumento para que los protagonistas sean los escaladores. Por eso Alberto Contador le ha dado la bendición a un trazado sobre el que avanzar hacia su tercer Tour y dejar atrás a Lance Armstrong, los hermanos Schleck y el resucitado Ivan Basso.
Esta edición se presenta sin cronos por equipos que premien a los jefes de filas que se arropan con una legión de rodadores y sin el botín las bonificaciones en las metas. Los corredores deberán afrontar seis etapas de montaña, cinco de ellas con final en alto. Los Alpes, huérfanos del Alpe d?Huez, presentan retos como el Morzine, el Saint Jean de Maurienne y La Madeleine. Pero el embudo del Tour se estrechará en los Pirineos durante la última semana de carrera para celebrar los cien años de estas montañas en la ronda francesa. El Tourmalet recibirá su particular tributo. Será ascendido dos veces. En la etapa 16 abrirá el menú para dar paso al Peyresourde, el Aspin y el Aubisque. Y, después de un día de descanso, en la jornada 17, tras las subidas al Marie-Blanque y al Soulour, el coloso ofrecerá su cara contraria para marcar la meta en su cima.
Y en la víspera del paseo parisino regresará la habitual contrarreloj larga después de que el año pasado se optara por cambiar la tradición para incluir una etapa en línea con final en el Mont Ventoux. Los supervivientes completarán 51 kilómetros entre Burdeos y Pauilliac. Es una crono para esos especialistas que alcanzan la simbiosis con la bicicleta. «Es totalmente llana. Será más de una hora acoplado, buf», señalaba Contador después de reconocer el terreno.
Sin embargo, la primera gran amenaza para los favoritos serán los adoquines y las carreteras traicioneras. El pelotón internacional ya pagó muy caro su paso por los Países Bajos en la última Vuelta a España y en el pasado Giro de Italia. Lo saben muy bien Ezequiel Mosquera y Carlos Sastre, víctimas ilustres de aquellas jornadas con trampa.
Precisamente Sastre, Contador y Armstrong serán los únicos vencedores del Tour que entrarán en liza. Óscar Pereiro no estará con el Astana. Por primera vez en los últimos quince años ningún gallego estará en la salida.
De entre los españoles ,buscarán también su protagonismo hombres como Samuel Sánchez, al frente del Euskaltel Euskadi, Luis León Sánchez, líder del Caisse d?Epargne, y Óscar Freire, llanero solitario en el Rabobank.
El favorito para el arranque es Fabian Cancellara. Las bicicletas de los corredores pasarán por un escáner para evitar el uso del motor, por lo que cualquier alusión a la propulsión del corredor suizo tendrá que ser puramente metafórica.