Los nuevos no brillaron y al Dépor le faltó claridad en ataque para poner en aprietos al portero visitante
04 ago 2010 . Actualizado a las 18:04 h.Barton acertó a la segunda y el Newcastle se llevó el Teresa Herrera tras coser a patadas al Dépor. El inglés había fallado poco antes, en el tiempo reglamentario, cuando Manu derribó a Coloccini después de que se le escapase un balón que parecía tener bien agarrado. El meta, sin embargo, detuvo el lanzamiento posterior y el trofeo se decidió en la tanda decisiva, cuando Barton sí acertó. Riki había lanzado fuera el suyo.
Pese a todo, la lesión de Míchel, que se lastimó en la rodilla aparentemente de forma fortuita, cuando disputaba en la banda derecha un balón dividido se tornó en la peor noticia de un amistoso jugado a rachas. Tras una primera parte más táctica, el juego se desató en la segunda, completamente alocada y jugada al galope.
Al Dépor del inicio, con seis caras nuevas, le costó enlazar para disparar a portería. Además, se enredó más de la cuenta en el bosque de piernas que el Newcastle plantó en el centro del campo. El balón apenas llegó con claridad a Riki y a los extremos, que en ocasiones perdieron la paciencia y se juntaron hasta convertir el choque en un atasco.
El balón se disputaba en veinte metros, donde Míchel y Rubén Pérez devoraron kilómetros, especialmente el incombustrible mediapunta del Valencia, que no dejó de correr hasta que el árbitro pitó el descanso. El propio Míchel protagonizó la mejor ocasión a los 40 minutos, cuando estrelló en el palo una dejada de Saúl tras el único centro (y, por cierto, excelente) al área de Stopira. El lateral zurdo comenzó timidísimo, como si le pesase demasiado ese tres que portó a la espalda, pero acabó gestando la mejor oportunidad.
Mejor Saúl que Urreta
En las bandas Saúl buscó más la línea de fondo que Urreta, diestro y de natural querencia para abordar el área antes que buscar el centro. El uruguayo, una de las mayores esperanzas ofensivas de la nueva temporada, se reveló vertical e incisivo. En el minuto 24 protagonizó la llegada más clara de su equipo, cuando recibió un balón franco en la frontal, pero en lugar de disparar a portería, quiso asistir a la llegada de Míchel, a quien se le adelantó un defensa cuando iba a engatillar.
El Newcastle, en el que Coloccini y Xisco (¡que jugó por la banda izquierda!) recibieron una calurosa ovación de la grada cuando se anunció su alineación, saltó con las ideas muy claras. Excavó la trinchera defensiva a 25 metros de su portero y situó bien pegada la línea de cuatro centrocampistas y a los dos delanteros. Reservó todo su arsenal de ataque para las acciones a balón parado.
En la segunda parte Riki, que pasó desapercibido hasta el descanso, monopolizó las acciones de ataque de su equipo. Primero disparó cerca del poste y luego protagonizó un par de cabalgadas tumbando rivales a su paso, pero sus disparos acabaron muy flojos en las manos del portero visitante.
Tras unos minutos de zozobra por la estampida inicial del Newcastle, Guardado, en su regreso tras las vacaciones, tomó las riendas del partido. Dice Lotina que tras el Mundial tiene que ser el jugador que él conoce y el mexicano salió protagonista y marcó el ritmo. Las ganas de Riki, la brega de Pablo Álvarez, la clarividencia de Juan Domínguez (¡qué pena que no mire más a la portería rival!) y los bailes de salón de Valerón devolvieron el mando al Dépor. Las ocasiones, sin embargo, brillaron por su ausencia.