Hace un año todo era muy distinto. Estábamos en la salida de la Vuelta a España, pero en Drente, Holanda. Bajo la lluvia, esperábamos una tregua, queríamos que escampara. Por delante nos aguardaba una ratonera. Se mascaba la tragedia. Olía a caídas. Y llegaron. Hoy miramos al cielo de Sevilla para ver si nos concede un respiro y pone un paréntesis a este calor.
Lo que más miedo me dan son estas temperaturas infernales. Sevilla parece una gigantesca sartén. Y a mí no me gusta nada el calor. Como decían en aquel anuncio, « Adorro Galicia». En esta situación los corredores gallegos nos sentimos un poco como peces fuera del agua. Estamos deseando que vengan jornadas más frescas.
La crono inaugural
La crono por equipos no creo que marque grandes diferencias. Es atractiva para abrir la carrera. Pero el horario es un poco pesado de cara a la etapa siguiente, no muy apropiado para cenar y dormir. Aunque por mí mañana podríamos correr también en horario nocturno para evitar el calor.
Estado de forma
Considero que llego bien. Me tomé la Vuelta a Burgos como un test personal. Iba con la idea de disputarla, de intentar estar delante. Y comprobé que las sensaciones fueron buenas. Seguí la misma línea en los entrenamientos.
Los rivales
Denis Menchov ha ganado dos Vueltas. Está por encima de los demás. Después están Purito, Nibali, Sastre, Igor Antón y Frank Schleck. Que Andy viniera a disputar la carrera sería una agradable sorpresa para la organización, pero no para los corredores. No hay que olvidar a Rubén Plaza, a Luis León y Arroyo, que forman parte del equipo que presenta al bloque más potente, el Caisse d'Epargne, una formación que puede hacer mucho daño.
El podio
El podio está a la distancia de siempre. Me beneficia el recorrido, pero también a otros rivales. Las primeras etapas de montaña serán un tanteo, y el pescado se venderá en las cimas cántabras y asturianas, y en la crono individual. Soy un año más viejo, pero tengo un año más de experiencia. Como siempre, la carrera pondrá a cada uno en su sitio.