Navarro (25 puntos) y Mickeal (26), formidables, pudieron con la resistencia de Pau Gasol (25), el mejor en el equipo de Los Ángeles.
08 oct 2010 . Actualizado a las 02:12 h.El Regal Barça cuestionó la supremacía estadounidense en el baloncesto mundial derrotando 92-88 a los Lakers en un apasionante amistoso entre el campeón de Europa y el de la NBA. Navarro (25 puntos) y Mickeal (26), formidables, pudieron con la resistencia de Pau Gasol (25), el mejor en el equipo de Los Ángeles. La gran fiesta del baloncesto arrancó a lo grande. Con una canasta de Pau Gasol y 17.000 espectadores, todos los que caben en el Palau Sant Jordi, aplaudiendo como si hubiese encestado el Barça, entre confundidos por la admiración al ídolo local que triunfa en la NBA con sus dos anillos consecutivos y alucinados con la mágica presencia de los Lakers. Pero muy pronto los presentes tomaron lógico partido por el equipo anfitrión gracias a la extramotivación de Juan Carlos Navarro. La 'Bomba', que regresó de su breve estancia en la NBA dolido por su papel secundario, ya firmó 34 puntos hace dos años en el Staples Center de Los Ángeles en aquel amistoso en el que el Barça estuvo a punto de dar la sorpresa ante los Lakers (108-104). Ayer volvió a ser protagonistas tanto por sus canastas como por sus quejas a los árbitros, que le cargaron pronto con dos personales en una protección excesiva de Kobe Bryant, impresionante hasta jugando pocos minutos y a medio gas por unas molestias musculares. La jugada que dejó claro que aquello no iba a ser una cita de amigos fue una zancadilla casi futbolística del polémico Ron Artest al propio Navarro, claramente con la intención de intimidar al MVP local y de marcar la superioridad física norteamericana. Por parte azulgrana, Pete Mickeal, muy serio, y Fran Vázquez siguieron el tirón de Navarro, mientras que los Lakers basaron su poderío en Pau Gasol, autor de 13 puntos en el primer cuarto por 9 de la 'Bomba' para un 21-24 favorable al equipo angelino. En el segundo cuarto el Barça jugó con más continuidad, combinando con el estilo que le ha hecho campeón de Europa, un baloncesto colectivo que le llevó a llegar al descanso un punto por encima (45-44). El tercer cuarto fue el más tenso e intenso.
Mickeal y Bryant se dijeron algo más que palabras por un fea falta personal de Kobe; Navarro se ganó una técnica por sus continuas protestas a los colegiados; Vázquez logró la mejor canasta del partido al culminar con un mate una jugada en la que la pelota voló de mano en mano de todos los jugadores del Barça, incluyendo un pase de espaldas de Ricky Rubio, capaz de lo mejor y de lo peor ante un rival que a veces le dejó en evidencia. La joya del baloncesto español todavía está por pulir. El Barça vivió contra las cuerdas en este cuarto, nervioso tras el contencioso de Navarro llegó a estar once abajo de los de Phil Jackson. Lamar Odom, poderoso, se imponía bajo los aros. Pero el equipo azulgrana, liderado por Mickeal y Morris, se recuperó a tiempo para llegar vivo al cuarto decisivo (68-70). Nadie quería perder. A estas alturas mandaba el orgullo. El Barça intentaba imponer su juego más rico, con alternancia de juego exterior e interior, mientras que los Lakers, sin ningún triple convertido (0 de 16), lo basaba todo en su fuerza bruta cerca del tablero. Los últimos doce minutos comenzaron con buenas defensas y pocos puntos, como si fuese un partido oficial. Phil Jackson dio descanso a Pau Gasol y Kobe Bryant, pero el Barça, gracias a nuevos latigazos de Navarro se colocó por delante 76-74 a falta de cinco minutos. Entonces los Lakers recurrieron a todas sus estrellas, a su quinteto titular, ya con el Palau entregado a la resistencia del Barça. No le bastó.
Mickeal defendió a Kobe como si se le debiera dinero y además logró el triple que colocó al equipo de Xavi Pascual 84-78 a poco más de dos minutos para el final. La seguridad de Navarro y Mickeal en los tiros libres permitió al Barça mantener una ventaja hasta el final.