El club emitió mensajes nada acordes con el potencial de la plantilla
23 mar 2011 . Actualizado a las 11:07 h.El Dépor actual tiene el perfil más bajo en muchos años. Y parte de la crisis que vive hoy en día, a dos puntos del descenso, viene de un discurso equivocado que se ha transmitido desde el principio de la temporada, sobrevalorando una plantilla en la que hay un buen grupo de meritorios a los que la Primera División se les hace dura. Echar balones fuera y no ver la realidad de un equipo venido a menos, es un paso peligroso hacia el pozo de la Segunda.
Discurso equivocado
Si algo ha caracterizado a Lotina ha sido la defensa de sus jugadores. Desde el principio dijo estar encantado con su equipo y el trazo grueso de su discurso mediático puede resumirse en «estoy muy satisfecho porque tenemos un buen equipo». De hecho, en julio del pasado año, dijo: «No sé cuál va a ser la clasificación, pero tenemos una plantilla más completa, hay más alternativas en puestos en los que teníamos dificultades». Por su parte, Lendoiro, en octubre del 2010, con Lotina en la picota, calificó al equipo como «una gran plantilla para nuestras posibilidades, amplia y homogénea». Igualmente, de boca de algunos jugadores, por ejemplo Guardado, llegó a oírse la palabra Europa. Estos mensajes, sin duda, confundieron al equipo y a los aficionados.
Descapitalización
La ruina en la que Lendoiro tiene el Deportivo se ha traducido en que una gran parte del dinero que se recauda es para pagar la deuda, mientras que el gasto en futbolistas se ha reducido de forma drástica. Así, según las cuentas del club, en la temporada 2008/09, el gasto en la plantilla deportiva fue de más de 21 millones de euros. Esta cifra se redujo en cinco millones un año después y es probable que siga reduciéndose. En la Liga 2006/07, la plantilla blanquiazul costaba 33 millones. Esto se ha traducido en la progresiva marcha de jugadores como Filipe y Sergio (2010), Lafita y Verdú (2009), Coloccini (2008)...
Inexpertos en Primera
Los fichajes de esta temporada, que han sido unos cuantos, se han caracterizado por su coste cero y por ser futbolistas sin experiencia en la Liga. Rindaroy, Desmarets, Morel y Urreta nunca habían jugado. Pero tampoco Rubén Pérez, con solo un encuentro en división de honor, mientras que Saúl y Michel apenas si han disputado alrededor de media temporada. De hecho, solo ocho futbolistas del actual Deportivo han disputado más de cien encuentros en Primera: Valerón, Manuel Pablo, Lopo, Aranzubia, Juan Rodríguez, Riki, Antonio Tomás y Adrián. Por si fuera poco, se espera la salida de por lo menos cuatro de estos jugadores al acabar el campeonato.
Delanteros
Es un caso paradigmático de la calidad de la plantilla deportivista. Los fríos números dicen que Adrián lleva 113 partidos en Primera División, en los que ha marcado 13 goles, dos de ellos de penalti. El asturiano necesita nueve horas y cuarto de juego para marcar un gol. Un drama. En cambio, a pesar de estos números, de Adrián se habla siempre más en términos de lo que en él se intuye que de lo que realmente hace. Algo parecido ha ocurrido con Lassad: un gol cada cinco horas y 43 minutos de juego. Riki, eterno lesionado, acredita en Primera otro tanto cinco horas y diez minutos, si bien su presencia en el campo siempre es más notoria que la de sus otros dos compañeros. No extraña pues que el Dépor sea el menos realizador de la Liga, con 23 goles en 29 jornadas, un 21,7 % de ellos de penalti.
Jugadores en declive
Por mucho que duela, y aunque siga dibujando algún pase imposible, Valerón, con 35 años, está en el crepúsculo de su carrera. El Flaco fue enorme, pero su magia ha perdido vigor. Otros, como Manuel Pablo, aunque lleva los años con una enorme dignidad, no está precisamente en el pico alto de su rendimiento.
Jugadores de cristal
Es el caso de Guardado y de Riki. El mexicano suma más de una Liga de baja por lesiones, es decir, cuando cumple actualmente su cuarta temporada en A Coruña, ya acumula más de 38 partidos de ausencia. El caso de Riki también es dramático.
Jugadores de perfil bajo
Un buen grupo de peloteros del Dépor han sembrado dudas sobre su nivel para un club competitivo de Primera. El caso más controvertido es el de Antonio Tomás, defendido a capa y espada por Lotina, al que ni grada ni analistas ven su peso en el juego. Otros como Desmarets, Saúl, Morel y Juca van justos, mientras que canteranos como Domínguez y Rochela no acaban de dar un paso hacia adelante.
Entre unas cosas y otras, el Dépor se encuentra con un equipo en el que los delanteros no marcan goles, y lo centrocampistas no fabrican el fútbol, dejándolo todo a la inspiración de su verdadera columna vertebral: Aranzubia, Lopo y Colotto. Un trío que es el sostén de un grupo que no supo que su verdadera pelea siempre fue la permanencia.