Etapa para un noruego, liderato para otro; menudo botín para un país que solo tiene a dos participantes en este Tour. El ciclismo es allí un deporte menor, las grandes estrellas están en el deporte invernal, donde son primera potencia olímpica. Cierto es que hay carreras y equipos, pero no de gran categoría. Por ello, los ciclistas que despuntan tienen que emigrar a países europeos con más estructura profesional.
Hushovd se fue a Francia con 19 años y allí ganó la París-Roubaix sub-23 en el 2000, año en que además ganó en Plouay el mundial de contrarreloj de esa categoría. Fichó por uno de los mejores equipos de entonces, el Credit Agricole, en el que estuvo hasta el 2008. Varias etapas en el Tour y en el mundial profesional del 2010 indican que cuando hizo las maletas siendo un chaval era porque sabía que el viaje merecía la pena. Boasson-Hagen, como años antes Hushovd, coleccionó títulos nacionales juveniles, lo que le sirvió para competir con su selección sub-23 en pruebas importantes por Europa. Ganó muchas, y eso le abrió las puertas en el 2008 de uno de los nuevos grandes equipos del Siglo XXI, el HTC, del cual pasó al actual SKY en el 2010 con un gran contrato. Victorias como la de ayer justifican tanto lo que se pagó por él como su apuesta de emigrante.