Jiménez, con el viento a favor

Íñigo Gurruchaga SANDWICH / COLPISA

DEPORTES

16 jul 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El viento del jueves fue noroeste, y el de ayer, sur-suroeste. En ese cambio encontró Miguel Ángel Jiménez la explicación para que el cuatro bajo par del día anterior fuese ayer uno sobre el par. Lo cierto es que el español está a un solo golpe de los líderes, Clarke y Glover. Larrazábal es séptimo, a dos.

Jiménez, que se mantiene en el grupo de líderes, no había encontrado un búnker en toda la jornada inicial. Ayer, en sus primeros pasos, parecía que quería evitar los greens. En el primer hoyo dejó caer un golpe y otro en el cuarto, que era lo que se promete en la publicidad y que la víspera era una amenaza paródica. Con el viento en contra, los 541 metros de este par cuatro parecen aún más largos. El malagueño tuvo que tirar a meterse por el estrecho canal de la izquierda. En el segundo golpe la fortuna le sonrió. Le dio cortando el ángulo de la calle y, si no llega a rebotar en los paneles del tee del 4, quizá estaría todavía buscando su bola. Cayó en el rough de la ladera superior del green y Jiménez chipeó con acierto para perder solo un golpe. Tuvo también fortuna en el enrevesado hoyo 12, que permite superar los búnkeres en la mitad de la calle, pero al pasarlos vuela la bola hacia un terreno ondulado donde el bote puede llevarla a lugares complicados. La de Jiménez se quedó en posición para anotar uno de sus dos birdies del día.

A Pablo Larrazábal lo veía entrar en el green del 18 Gavin Wood, que lo entrenó cuando se fue a Carolina del Sur como un prometedor juvenil. El inglés decía que el barcelonés «no tenía cabeza entonces», aunque «no tenía ningún miedo y confiaba en su talento». Ahora, añadía su antiguo entrenador, «hace lo que no hacía antes, tomar las decisiones adecuadas». Trabajar con un psicólogo deportivo le ha dado paciencia. «Un día como hoy, en el 2010, hubiese hecho 78», decía al terminar un recorrido firmado con 70, par del curso y dos más que la víspera.

Hubiesen sido tres los españoles en el grupo a uno o dos golpes de los líderes si Sergio García no hubiese perdido dos golpes en el 15 y en el 17. Ese final de altibajos no alteró su sentimiento de que había hecho de nuevo un buen recorrido.

Nada está decidido. Y se puede confeccionar entre los jugadores a cuatro golpes una larga lista de aspirantes al triunfo. Llega el sábado, un día que Severiano Ballesteros, cuya silueta ganadora es recordada como otro homenaje póstumo, consideraba clave para la victoria en los grandes torneos.

Anuncian lluvias y vientos por la mañana y más calma tras el almuerzo, cuando entran en liza los mejor clasificados.