El Leopard vuela sobre el paseo marítimo de Benidorm

COLPISA

DEPORTES

Fugslang se viste el primer maillot rojo de esta edición; el mejor equipo español fue el Movistar, quinto a 14 segundos.

20 ago 2011 . Actualizado a las 22:30 h.

«No habíamos hablado nada sobre quien tenía que pasar en primer lugar por la meta. Di un relevo en los últimos 200 metros y pasé primero. Por eso me he colocado de líder». El danés Jacob Fuglsang (Ginebra, 26 años) fue el primer sorprendido cuando le dijeron que tenía que subir al podio. Lo hizo en dos ocasiones, como ganador de la etapa, con su equipo, y también como primer líder de la Vuelta 2011. Ni tan siquiera su grupo, Leopard, esperaba ese resultado. Se fueron haciendo a la idea según llegarían las formaciones más fuertes a la meta y veían que nadie era capaz de bajar el crono que habían marcado de 16:30.

Fulgsang le debe ese maillot amarillo, sobre todo, a Fabián Cancellara, que en los 13,5 kilómetros iniciales de Benidorm fue quien llevó todo el peso de Leopard. Hizo los relevos de muchos de sus compañeros, no bajó nunca de la cuarta posición de su equipo y en la zona en la que la etapa discurría junto a la playa fue donde los relevos del campeón del mundo contrarreloj hicieron la diferencia.

Fue una crono corta en la que hubo más pérdida de tiempo de la que se esperaba por las diferencias que había entre la primera parte de la misma, con la subida hasta Finestrat, y la parte final, ideal para rodadores. Incluso entre los favoritos hubo segundos que llaman a la sorpresa, salvo en el caso de Vincenzo Nibali que sólo cedió cuatro, lo que demuestra que está rodeado de una formación bastante fuerte. Los más perjudicados fueron Denis Menchov y Carlos Sastre, que perdieron 42 segundos, demasiado tiempo no sólo con respecto a los ganadores, sino también con el resto de favoritos.

La contrarreloj resultó rara, más que nada por los problemas que tuvieron muchos equipos en la salida, debido a una lona sobre la que tenían que pasar los ciclistas y que perjudicó a formaciones como Saxo Bank, Lotto, RadioShack (el que tuvo los problemas fue Brajkovic), Lampre, Sky, por no hablar del Geox. Demasiadas irregularidades y pocos segundos de diferencia, quince, entre corredores como Joaquín Rodríguez, Van den Broeck, Igor Anton, Brajkovic o Andreas Klöden. Movistar acabó quinto y Euskaltel, duodécimo, lo que no está nada mal, sobre todo viendo las últimas actuaciones que habían tenido.

Si hay que buscar damnificados importantes debemos de mirar a Bradley Wiggins, que también tuvo en su equipo a dos corredores que estuvieron a punto de caerse y debieron de esperar a Zandio para completar cinco corredores en cabeza y sobre todo a Menchov y Sastre. El británico perdió 42 segundos, y a los citados Menchov y Sastre. El Sky tuvo esos percances en el primer kilómetro y no levantaron cabeza. La tecnología ante los infortunios tiene poco que hacer.

El primer líder

Fuglsang, el primer maillot rojo, no parece temerle a nada, o al menos eso dijo: «Desde principio de temporada pensaba en la Vuelta a España y voy a disputar la carrera». Es otro corredor que llega del mountain-bike, donde llegó a ser campeón del mundo sub 23, además de ser segundo en un Campeonato de Europa. Igual Cadel Evans ha encontrado un sucesor para dentro de unos años. Muy amigo de los hermanos Schleck, a los que siguió al nuevo equipo Leopard, es un buen escalador que se está formando poco a poco como ciclista.

Nació en Ginebra (Suiza), porque sus padres, daneses vivían cerca de la frontera francesa entre los años 1984 y 1987, y el hospital mas cercano que tenían estaba en esa localidad.

Comenzó a los 12 años a andar en bicicleta. En 2007 se fue a vivir a Varese (Italia) y después al Lago de Garda, en el mismo país, y allí es donde se ha ido haciendo ciclista, donde comenzaron a llegarle los primeros resultados. En 2008 corrió a prueba en el CSC de Bjarne Rijs dos carreras y lo fichó para su formación. Ha trabajado siempre para los hermanos Schleck en montaña.

En esta Vuelta a España puede tener su oportunidad para ver hasta donde puede llegar como corredor. Es el líder de un equipo que no ha podido comenzar de mejor forma la Vuelta, una carrera abierta siempre a jóvenes valores, a ciclistas que intentan aprovechar sus oportunidades. Leopard tendrá que trabajar para Bennati en las llegadas, al menos hasta comprobar donde puede llegar Fuglsang.