La revolución de Del Nido tendrá que esperar

COLPISA

DEPORTES

«Este movimiento no tiene marcha atrás», aseguró el presidente del Sevilla tras la reunión de los rebeldes que invitan ahora a Madrid y Barça, y a los clubes de Segunda, a próximos encuentros.

08 sep 2011 . Actualizado a las 21:39 h.

El revuelo de la reunión indignada promovida por José María del Nido tuvo el efecto mediático deseado, pero sus conclusiones fueron irrelevantes. Acudieron dos tercios de los convocados al antepalco del Ramón Sánchez Pizjuán. Doce clubes, entre los que no estuvieron, aparte de Real Madrid y Barcelona (no invitados), Getafe, Levante, Mallorca, Rayo Vallecano, Real Sociedad ni Sporting. Aunque para ser sinceros tampoco se perdieron mucho.

La gran agitación provocada por lo que iba a ser el principio del fin de una Liga bipolar solo sirvió para sentar las bases de futuras negociaciones sobre el reparto de los derechos de televisión y acordar que se debía captar el máximo apoyo posible.

Se hizo un llamamiento público para que los clubes de Segunda, y el resto de Primera que no asistieron a la reunión de este jueves al margen de la patronal, se incorporen a próximos encuentros.

«No nos olvidamos de los equipos de otra categoría. De hecho, se ha acordado asegurar las cantidades del fondo de descenso», resumió el máximo dirigente sevillista. Aprovechó esa llamada a la unidad para recalcar su discurso: «Este movimiento no tiene marcha atrás, ni tan siquiera para coger impulso. Vamos a seguir adelante».

Palabras dichas con vehemencia, pero vacías de contenido.

Entre lo más destacado de la comparecencia de Del Nido está el compromiso adquirido por todos los reunidos por hacer de la Liga una competición más equitativa. Eso sí, en teoría. Porque en la práctica no se aportó ningún documento, ni una solución factible.

Los rebeldes simplemente prometieron otra asamblea «en el plazo de dos o tres semanas», en la que, ahora sí, invitan a Madrid y Barça para expresarles su malestar por el injusto reparto televisivo.

Un enfado que tampoco se materializará de forma activa. Porque sobre los acuerdos con los operadores, ya firmados, también se pactó este jueves que serían respetados por todos y no se romperían unilateralmente, como se llegó a especular, con más ilógica que raciocinio. «No vamos a estar en contra de algo ya firmado. Pero eso sí, vamos a luchar por que la venta sea centralizada y conjunta por la Liga de Fútbol Profesional (LFP)», confirmó minutos después Fernando Roig, colíder de esta 'revuelta popular' encabezada por Del Nido.

La 'Revolución Francesa' proclamada por el presidente del Sevilla pasaba así a ser más un acto de 'vandalismo callejero'.

Solo Joan Collet, consejero del Espanyol, parecía tener ganas de guerra. «Vamos a muerte con lo que signifique acabar con la injusticia. Si no nos unimos todos, no tenemos nada que hacer», subrayó, para llamar a una división «entre 18 contra los dos de siempre».

Verdades a medias

Al margen del representante del Espanyol, el resto de declaraciones fueron todas con buenas palabras. Sin buscarse enemigos. Ni tan siquiera se habló de traición ante el desplante de un club como la Real Sociedad, quien desde el principio pertenece al 'G-6' que es la semilla de este conflicto. «Los que no están ya han dado sus razones, pero serán informados porque así nos lo han pedido», matizó Del Nido.

Hasta aquí la oficialidad de un comunicado insulso, falto de contenido y con más retórica típica de letrados que de efectividad.

Después está la otra lectura. La que no se dice, pero sí se deja caer entre bambalinas, filtrando noticias para después negarlas.

Tal es el caso de la figura de José Luis Astiazarán, actual presidente de la LFP. Se negó hasta tres veces que se cuestionara su liderazgo. No es cierto. O no del todo. Porque sí se puso sobre la mesa su nombre, pero pronto se retiró ese punto del día porque casi todos los presentes querían que fuera una discusión de consenso. Mal tiro dado por el dirigente sevillista. Su intención era colocar a un 'delfín' en la jefatura de la Liga. Sería José María Cruz, actual consejero económico nervionense y exvicepresidente de la LFP que dimitió por supuestas desavenencias con el propio Astiazarán.

Al final el árbol no tenía nueces y todo el ruido previo sirvió de poco. El más decepcionado era Francisco Pernía, presidente del Racing. Llegó en su propio coche tras recorrer más de 1.000 kilómetros desde Santander y se perdió por las calles de Sevilla.

Una manera irónica que tenía el destino de decir que, al menos este jueves, todo iba a seguir igual.