La paliza estratosférica que el Barcelona infligió al Madrid hace apenas doce meses condenó al conjunto blanco a un año donde su llegada a la Final Four fue lo menos convulso de un club que aspira a todo. ¿Qué encuentro nos encontraremos? ¿Esta preparado el Madrid para frenar a un Barcelona más rodado, más compacto?
El primer objetivo de los blancos será evitar la hecatombe. Si eso sucede, mal empezarán las cosas para Pablo Laso. El técnico gusta en su estilo. Siempre piensa en dar libertad al jugador, en crear, en innovar. Si tiene tiempo, ese que da los títulos, seguro que lo hará crecer.
Sin embargo, hay dudas en el inicio. Ha puesto el equipo en manos de los Sergios (Rodríguez y Lllul, ambos NBA, pasado o futuro). El juego interior lleva la marca del talento, pero menos músculo (Mirotic, Tomic, Velikovic, Begic, Felipe). En esas dos posiciones difiere bastante del Barcelona. Xavi Pascual -brillante su gestión- se la jugó al uno fijo. Se va Ricky y fichó la mejor pieza del mercado, Marcelinho Huertas. Potencia el juego interior con la llegada de ese pasaporte congoleño (¿?) Wallace (junto a Fran, Ndong, Perovic, Lorbek) y da la impresión que el Barça vuelve a dar más seguridad en esas situaciones y, claro, siempre tiene a Navarro. El Madrid apostó por el golpe de efecto: Rudy Fernández. Que no sea por golpes de talonario. En las alas, pintan pares. El juego tendrá que librarse en los kilos de músculo y en el ritmo. Un partido, a veces, marca una temporada. Veremos si la sella.