El francés Thierry Henry ficha por dos meses por el club que lo catapultó.
07 ene 2012 . Actualizado a las 11:58 h.Thierry Henry (Les Ulis, Francia, 1977), prejubilado de oro en la MLS estadounidense, da una vuelta de tuerca en el ocaso de su carrera y regresa a su Arsenal de casi toda la vida cual Cid Campeador para refuerzo moral de los muchachos de su compatriota, el técnico Arsene Wenger. Podría incluso debutar pasado mañana contra el Leeds en Copa.
Serán solo dos meses, ya que pertenece al New York Red Bulls. La causa de tan breve contrato es la sustitución temporal de dos futbolistas que jugarán la Copa de África: Gervinho (Costa de Marfil) y Chamakh (Marruecos).
Henry acude de este modo al rescate de Wenger, cuestionado por vez primera en sus dieciséis años en el Arsenal por la ausencia de títulos. Ambos coinciden en que el futbolista aportará más en el vestuario que sobre el césped. Los gunners son quintos en la Premier, a un punto de los puestos de Champions.
«Era el deseo de ambos. Será de gran ayuda. Aquí puede estar tranquilo y sin presión», analiza el técnico. «Ya sé que dije en Estados Unidos que no volvería a jugar en Europa, pero ha decidido mi corazón. No vengo para ser un héroe. Estaré en el banquillo la mayor parte del tiempo», espetó el delantero, máximo goleador del equipo en la Premier y mejor jugador de la historia gunner, según una encuesta oficial.
En realidad, ambas partes se han dado un homenaje póstumo. Hace solo un mes que el club, con motivo del 125.º aniversario, descubrió en los aledaños del Fly Emirates una estatua del ariete. Pocos futbolistas de su edad, Riquelme entre ellos, pueden presumir de tener una efigie a pocos metros de la porción de césped en la que aún regatean.
Tití protagonizó los últimos hitos del club: final de Champions, tres Copas y dos Ligas, la del 2004 en el primer equipo de la historia en terminar invicto la Premier. Pero hubo Henry más allá del Arsenal (1999-2007). Debutó en el Mónaco de Wenger (1994), deambuló en la Juve (1998-1999), lo ganó todo en el Barça (2007-2010) y abandonó parcialmente el fútbol en Nueva York. Pichichi de su selección, fue campeón Mundial (1998) y de Europa (2000). Clasificó, ayudándose de la mano, a Francia para el de Sudáfrica en el tiempo añadido de la repesca contra Irlanda, y se ganó un lugar en el infierno. Ya en África, los bleus firmaron la actuación más humillante de su historia.
El Cid del Arsenal avisa: «Ya no tengo veinticinco años. No puedo coger el balón en el medio del campo y marcar tras regatear a seis rivales». No hará falta que lo haga. Solo que crean que lo puede hacer.