Conocido como miedo al fallo, hablamos de una ansiedad o preocupación a perder lo que tienes en el deporte. Sin entrar en el caso de Iria Grandal, que ignoro, la problemática de distintos deportes guarda similitudes. Por mi experiencia en golf y tiro al plato, conozco casos en especialidades en los que la ejecución también es muy corta en el tiempo.
En este tipo de situaciones, los deportistas no suelen tener miedo a la ejecución en sí, sino al error, a hacerlo mal porque el estado mental no sea de claridad ni de lucidez, sino de preocupación y dudas. Este tema psicológico genera también una tensión muscular que a su vez impide un movimiento fluido en la rutina natural. En ocasiones, el problema crece a medida que se acercan los grandes retos, las grandes pruebas.
También puede influir en esa tensión el tiempo que pasa entre un golpe y otro, entre una flecha y otra. En ocasiones, la competición permite que tengas mucho margen para pensar y que te bloquees por la ansiedad. Aunque puede suceder en especialidades en las que la espera no es tan amplia.
La base del problema suele estar en pensamientos equivocados que generan la ansiedad, el bloqueo. ¿Cómo se trabaja? Poniendo mucha atención en las rutinas, en la parte mecánica, pero también en la mental. En este último aspecto hablamos de los pensamientos del deportista mientras se prepara y mientras realiza el movimiento. El «cuidado, no falles» debe eliminarse, para centrarse solo en el golpe que quieres dar, o en el tiro que has de lanzar, nada más.
Cuando surge un problema de este tipo, mucho más habituales de lo que pueda parecer, se trabajan las rutinas, se intensifica la concentración y se charla sobre las dudas o las preocupaciones del deportista. Se trata, en este último caso, de técnicas psicológicas encaminadas a reducir la ansiedad. Otras prácticas interesantes son los ejercicios de relajación para rebajar la tensión muscular. Todo va encaminado a generar confianza para eliminar miedos y dudas.