En el centro de la zaga o en cualquiera de los dos flancos, el sevillano está firmando la mejor temporada de su carrera
06 feb 2012 . Actualizado a las 06:00 h.Anteayer fue el sábado de Ramos. El deshollinador de la chimenea madridista para que siempre salga fumata blanca. El otro diestro de Camas, el Curro Romero del área (propia) jugó con cabeza ante el Getafe e hizo lo suyo en la ajena. Testarazo y a la red. Al Real Madrid no se le puede sacar de casa, porque arruina a su anfitrión. Ningún otro equipo en el continente es capaz de sostener sus números como visitante. Pero ayer, todas las miradas estaban centradas en el central: Sergio Ramos (Camas, Sevilla, 1986).
Camino de su séptima temporada en el Santiago Bernabéu, Ramos parece haber alcanzado la madurez futbolística. Para ello tuvo que vérselas con el entrenador José Mourinho. Por un lado, en el pulso de autoridad que mantuvieron ambos dentro y fuera del vestuario, cruzándose alguna que otra crítica. Pero por otro, el más importante en el aspecto que atañe a las estadísticas de Sergio Ramos, en el planteamiento táctico. Mourinho hubo de rectificar su rumbo mientras se debatía en qué posición situar al sevillano. Y en el duelo de gallitos, gana el Real Madrid.
Si bien en un principio, el portugués apostaba públicamente por situarle en el flanco de la zaga («solo tenemos dos laterales, Ramos y Arbeloa», había dicho) y, de hecho, optó por reforzar el centro de la defensa con Carvalho. Sin embargo, tras la lesión del luso, el propio Mourinho se encargó de recordar que su aseveración inicial continuaba con un «aunque me gusta mucho Ramos en el lateral, por mi modo de ver el fútbol creo que rendiría mucho más como central». En cualquier caso, el entrenador no es de los que necesitan justificar su discurso. Ramos fue desde entonces defensa central. Y mejor futbolista.
Ímpetu inicial
El campeón europeo y mundial ha ido administrando el ímpetu con el que debutó en el Sevilla (de la mano de Joaquín Caparrós y al lado de Pablo Alfaro) y que le valió para fichar por el Real Madrid en el último momento del mercado veraniego del año 2005 (previo pago de veintisiete millones de euros) y ser el primer refuerzo español de Florentino Pérez, que ya llevaba cinco años en la presidencia del Real Madrid. Así, hace poco más de un año que alcanzó a Fernando Hierro como el jugador más expulsado de la historia del Real Madrid, aunque logró tal hito en un tercio de los partidos que necesitó el malagueño.
Goles que valen puntos
Sin embargo, Sergio Ramos es protagonista en los últimos encuentros por razones más positivas. El fútbol desplegado por el central de Camas, a quien ya han querido comparar con Franz Beckenbauer (claro que al alemán le costó cuatro años más reunir el mismo palmarés), ha impedido que el Real Madrid afloje en su pulso con el Barcelona, al menos en la competición liguera. El gol que logró el sábado frente al Getafe volvió a traducirse en puntos y en golpe de autoridad (fue el único escenario donde el Barcelona perdió como visitante). Era la cuarta diana del de Camas en lo que va de temporada. Las tres de la Liga, aseguradas de cabeza, y la de la Champions, ante el Lyon, de volea.
La fiabilidad de Ramos crece en el eje, donde lee mejor el partido (en la banda peca en ocasiones de expresarse solo en ataque) y las exigencias físicas no son tan elevadas (a pesar de que la entrega es otro de los cimientos de su fútbol).
Albiol, Carvalho y Varane ya cuentan en el balance de víctimas del nuevo hombre fuerte de Mourinho sobre el césped.
sergio ramos garcía defensa del real madrid