Celta y Dépor disputan hoy un derbi con aroma de Primera

Xosé Ramón Castro
x. r. castro VIGO / LA VOZ

DEPORTES

Ó. VÁZQUEZ / C. QUIAN

Ambos afrontan la trascendental cita con sus formaciones de gala y aspiran a convertir el partido en una gran fiesta del fútbol gallego

15 abr 2012 . Actualizado a las 13:10 h.

Balaídos quiere convertirse en el escenario del derbi de la concordia. En un punto de encuentro de dos aficiones que sean capaces de demostrarle al mundo que el clásico del fútbol gallego es una fiesta y que los incidentes forman parte del pasado. Ese ha sido el mensaje que desde Vigo y A Coruña más se ha escuchado a lo largo de la semana y esta mañana los dos bandos deben ponerlo en práctica en un recinto deportivo que hace muchos días colgó el cartel de no hay billetes. Algo poco menos que insólito en el coliseo céltico.

Con el Valladolid amenazando el primer ascenso desde Segunda División de los dos gallegos en la misma temporada, el derbi de la concordia también representa un ejercicio de calado deportivo. Trascendental para el conjunto vigués, más apretado y exigido en la tabla y que incluso comenzará el partido fuera de los puestos de ascenso tras la victoria pucelana, e importante para un Deportivo que podría salir de Vigo casi en autobús descapotable.

Con todo

Los dos llegan con todo al gran día. Con sus mejores onces. Dos formaciones de gala para un partido de tiros largos. El Celta con el once que Herrera hace recitar de carrerilla, porque Álex López y Orellana vuelven tras cumplir la sanción y el resto serán los mismos que iniciaron el partido interrumpido la semana pasada en Cartagena, incluido el mudo Iago Aspas, que pretende hablar en el campo. El moañés será uno de los siete gallegos que formen de inicio.

Oltra tampoco se deja en casa a ninguno de sus jugones, aunque existe la posibilidad de que Valerón, el oráculo de la nave blanquiazul, comience el partido desde el banquillo, algo que ha sucedido alguna vez en los partidos a domicilio de los coruñeses. De confirmarse, Borja formaría pareja con el correcaminos Álex Bergantiños en el doble pivote y Juan Domínguez se convertiría en amenaza en la posición de enganche. Vuelven tras la sanción Colotto y Morel para dar todavía más sobriedad a la zaga blanquiazul. Con respecto a la primera vuelta, Guardado será la principal novedad. El Principito no dirá adiós al equipo que le abrió las puertas de Europa sin vivir en primera persona un derbi.

Cuestión de estilos

Por querencia y por necesidad, el Celta saldrá a quedarse con el balón y a disputar el partido a través de la posesión y el juego combinativo. Pero no lo hará con el riesgo de la ida en donde Paco Herrera metió a toda la pólvora en el campo. La visita de un líder sólido y destacado aconseja guardar las espaldas y maximizar las vigilancias defensivas para impedir que cualquiera de los delanteros coruñeses fabriquen un gol de la nada.

Porque el Dépor si algo tiene, además de arrobas de calidad y plantilla, es poderío en las dos áreas. Expeditivo atrás y demoledor arriba. Capaz de controlar los partidos con o sin balón y encomendado a la inmensa figura de Aranzubia en la portería.

En lo estadístico, el Celta apela a su idilio con Balaídos. Después de un lustro de calamidades, los vigueses encadenan ocho victorias consecutivas en casa, cuestión que no sucedía desde hace 20 años. Pero el Deportivo, aún mostrándose irregular lejos de Riazor, no ha encadenado dos derrotas consecutivas a domicilio en toda la Liga. Un partido de los grandes.