No cabe duda que la principal atracción de la piscina en estos juegos no es una figura mundial de la natación sino dos. Para mayor disfrute disputándose el triunfo en las dos pruebas de estilos combinados. Tampoco se nos escapa que el momento de la carrera deportiva de estos dos magníficos deportistas es bien diferente. Por una parte Michael Phelps ya lo ha conseguido todo en los últimos ocho años: Todo tipo de récords y triunfos avalan sin duda al mejor nadador de la historia. Por otro lado Ryan Lochte, nacido a la sombra de Phelps pero con una trayectoria impecable, parece el único capaz de continuar con el espectáculo acuático en las piscinas. El primero a punto de retirarse, el segundo con hambre de victoria, deseando demostrar los resultados de un cuidadoso en intenso trabajo durante cuatro años. Los trials norteamericanos parecen indicar que el rey de las piscinas sigue estando a gran nivel aunque con menor dosis de agresividad mientras que su sucesor rebosa de ambición por competir. Seguramente, el proceso de entrenamiento de ambos ha sido muy diferente a lo largo de estos últimos años; etapas algo oscuras para Phelps contrastan con la transformación espectacular de Lochte, un nadador que ha pasado de ser excelente a convertirse en galáctico a base de trabajo. La mejoría en sus virajes, la fase subacuática y la capacidad de aplicar la fuerza dan al de Florida la increíble oportunidad de eclipsar a todo un Michael Phelps y seguramente con récords mundiales incluidos. Todo un lujo. No obstante parece muy raro que el de Baltimore, que siempre se ha mostrado dispuesto a acometer retos y a no conformarse ni siquiera con la victoria haya venido a estos juegos a cubrir únicamente el papel de favorito a batir antes de abandonar las piscinas. No cabe duda que será todo un duelo pero habrá más. Será un espectáculo ver, por partida doble, al deportista luchar contra sí mismo, contra los demás y rebasar una vez más los límites naturales y tecnológicos.
Antonio Rivas es profesor de INEF y entrenador de natación y triatlón