Argumentos para el optimismo

Xurxo Fernández Fernández
xurxo fernández A CORUÑA / LA VOZ

DEPORTES

El duelo con el Valencia sentó un precedente y dejó detalles aleccionadores

28 ago 2012 . Actualizado a las 12:17 h.

El jueves pasado, Pizzi subió confiado a la sala de prensa de Abegondo. Anunció dos cosas. Una, que quería marcar para quitarse presión de encima y plasmar sus buenas sensaciones en el comienzo de temporada. Otra, que el míster no les había pedido que aumentaran sus ayudas a los laterales, pero que parecía evidente que esos apoyos eran imprescindibles. Las palabras del portugués resultaron proféticas. Fue el mejor del choque en Mestalla y además consiguió marcar de penalti para empatar un encuentro en el que la zaga blanquiazul se vio desbordada y falta de auxilio. Detalles de un duelo en el que el Dépor sentó un precedente para esta temporada: nada, ni remontar dos tantos en campo de un grande, es imposible.

Fe en la remontada

«Oltra nos dijo que no podíamos renunciar a nada». Abel Aguilar desveló ayer las palabras del técnico en el descanso. Una arenga que, ayudada por la ausencia de Gago en la presión, surtió un efecto inmediato. El Valencia se borró del campo y Pizzi, Bruno Gama y Riki (fundamental con sus caídas a la banda) sacaron de sitio a los defensas locales, que pagaron el mismo error que el Dépor cometió en la primera mitad. Parejo y Tino Costa no auxiliaron a la zaga y permitieron los uno contra uno de los hábiles extremos visitantes. La situación no deparó goles en acciones elaboradas, pero sí varios saques de esquina más y un penalti con los que los blanquiazules supieron sellar la remontada.

La estrategia, salvadora

La falta de opciones para crear juego, obligaron a un recurso que Oltra insiste en ensayar los días previos a cada encuentro: la estrategia a balón parado. Diego Alves es uno de esos metas que morirán bajo un larguero y el Dépor pudo rematar varias veces a placer en el área pequeña. Así se mantuvo vivo el equipo en el primer tiempo e hizo posible el cambio de escenario en la segunda mitad.

Aguilar, referencia de entrega

El colombiano Abel Aguilar analizó también en sala de prensa su papel en el encuentro de Mestalla: «Pocas veces he hecho dos goles en un partido. Para cualquier jugador siempre es importante marcar y más si el equipo se ve beneficiado por los goles». El centrocampista se centró en su aportación anotadora y obvió otra de sus virtudes: la entrega. Esa capacidad de sacrificio permitió cerrar en la segunda mitad las enormes brechas abiertas en la primera, cuando las ayudas a la zaga brillaron por su ausencia. Fue el Valencia el que no encontró espacios a partir del descanso y se encerró en su propio campo invirtiendo la preocupante tendencia de 45 minutos iniciales que tampoco conviene olvidar.

Inconsistencia y falta de ideas

Los dos referentes creativos del Dépor: Domínguez y Valerón pasaron desapercibidos en Mestalla. Sin ellos, el salto a dar para superar la primera línea de presión rival es inmenso. Marchena lo comprendió ante el Osasuna y acertó con los desplazamientos en largo hacia Riki, pero el Valencia presionó mucho más a la zaga blanquiazul, estorbando las salidas por el centro. Gago se bastó en la medular para obligar al Dépor a buscar siempre las bandas, incitando a las subidas de los laterales cuya inconsistencia (especialmente la de Evaldo) aprovecharon los che en sus veloces transiciones.