El tunecino Salah Mejri, de 2,17, es el techo de la Liga Endesa
21 sep 2012 . Actualizado a las 07:00 h.El Obradoiro tiene en sus filas a uno de los techos de la Liga Endesa, Salah Mejri, un pívot de 2,17 metros y 26 años. El otro 2,17 es Perovic y esta temporada ha recalado en el Unicaja.
Mejri es una de las apuestas del conjunto santiagués en tiempos en los que la crisis anima a asumir más riesgos y a agudizar el ingenio. La hoja de servicios del internacional tunecino no es especialmente brillante, pero la de las expectativas apunta alto, muy alto, tanto o más que la estatura del protagonista.
El pívot aterrizó en Santiago el martes 28 de agosto a las nueve de la mañana y tres horas más tarde ya estaba trabajando a las órdenes de Moncho Fernández. Desde su llegada apenas ha tenido tiempo de asentarse, entre entrenamientos y concentraciones en Guadalajara y Huesca. Pero no tardó en integrarse en el grupo. Así lo acreditó en la jornada de convivencia que protagonizó el equipo en Sanxenxo. Llevaba cuarenta y ocho horas en su nuevo destino y ya lucía desparpajo en el colectivo.
Allí conoció a su presidente, Raúl López. Lo saludó como manda el protocolo y, en cuanto le dijeron el cargo, contextualizó con una sonrisa: «Ah, the big man».
Con la afición derrocha idéntica simpatía, desde el mismo momento en que pisó la terminal de Lavacolla. Regala una sonrisa y una firma a cuantos se acercan pidiéndole un autógrafo. Y son muchos, porque su estatura no pasa inadvertida. En la Copa Galicia disputada este fin de semana en Ourense no estuvo especialmente afortunado, pero pudo comprobar que la grada ya le ha cogido cariño.
El Obradoiro sabe que tiene un diamante en bruto entre las manos, pero con mucho que pulir. Durante cinco años jugó al baloncesto en su país natal. Define aquella etapa como «semiprofesional». Los dos últimos cursos los completó en la liga belga y ahora busca un nuevo impulso en la ACB.
Sabe que en la NBA le tienen tomada la matrícula. Tanto los Kincks como los Hornets le hicieron llegar su interés, pero «para ser el jugador número catorce o quince». Y él lo que busca son «minutos».
El Obradoiro también sabe a quien ha fichado. Así lo explicó el director general el día de la presentación del tunecino: «Tiene potencial y recorrido por delante. Le queda mucho por hacer a nivel físico y técnico. Le vamos a exigir y ayudar y haremos todo cuanto esté en nuestra mano».
Ciertamente, Salah Mejri necesita ganar peso, aunque no lo tendrá fácil. Es un junco, un perfil rectilíneo. Y ha recalado en un equipo en el que estará obligado a leer el juego y tomar decisiones. El baloncesto cuántico de Moncho Fernández no encaja bien con quienes prefieren que se lo den todo masticado.
Un reto para el Alquimista
En Ourense se vieron más las aristas que los brillantes de su juego. Pero el entrenador está muy satisfecho: «Hay muchas miradas puestas sobre él, y creo que no es justo. Me encanta su actitud en el trabajo. Le exigimos mucho porque le vemos mucho. Estoy muy encima de él porque creo que tiene mucho que dar y, a lo mejor, la gente se queda más con los reproches. Pero estoy contento».
El pívot ya es uno de los nombres que más expectación despierta entre los aficionados. Y está llamado a ser también uno de los grandes protagonistas de la Liga Endesa. Si lo consigue, la cotización de las acciones del Obra subirá como la espuma.