El desafío del Lugo para estrenar 2013 consiste en mantener la luna de miel de sus éxitos del 2012, el mejor año de su historia. Por eso, las exigencias del guión del estreno del nuevo año consisten en celebrar unos Reyes Magos sin carbones, o, lo que es lo mismo, vencer al último visitante de la primera vuelta al Ángel Carro, el Guadalajara de Carlos Terrazas. Un técnico que exhibe una singularidad nada común: la exigencia máxima a sus jugadores en cada partido, con un pretorianismo ejemplar. Y eso ya lo conoce a la perfección la terna de jugadores que vivieron el prefacio y la gloria del ascenso rojiblanco (Escalona, Aitor y Azkorra), y ahora comparten vida deportiva en el rival de esta tarde. Un giro más de la noria del fútbol. Desde la óptica lucense, nadie se fía un pelo del Guadalajara, un equipo muy trabajado, compacto y que exhibe la divisa de un técnico que ha convertido el rigor de su trabajo en un método irrenunciable para lograr el éxito. Bajo ese prisma, los de Setién tendrán que hilar un partido muy fino, con los mínimos errores en las pérdidas en zonas vitales, y la circulación rápida del cuero como antídoto a la presión del rival. Solo con una concentración máxima se puede lograr este objetivo, porque la intensidad exigible será máxima para ganar. El Lugo está en una situación óptima para reforzar su posición privilegiada, pero está obligado a no caer en la relajación o autocomplacencia para conservarla o mejorarla. La afición volverá a jugar un papel decisivo esta tarde, si se aplica como hasta ahora. Mientras, Mouriz trata de cerrar el fichaje de un punta entre hoy y mañana, descartado Xisco por las exigencias del Newcastle, que milita en una plantilla de Segunda División y del que se tienen buenas referencias. Tampoco está descartado el central Tena del Córdoba, aunque en las últimas horas su equipo le está poniendo demasiadas trabas a la rescisión de su contrato.