El lateral se deshace en elogios hacia su compañero: «Tiene poderes», dice
22 abr 2013 . Actualizado a las 19:28 h.Hay una imagen que aquellos que siguen al Barcelona en los estadios vieron una y mil veces: Lionel Messi y Dani Alves calentando en una banda, pasándose la pelota de todas las maneras imaginables. Una sociedad que, cuando funciona durante el partido, convierte al Barcelona en mejor equipo aún de lo que es. El brasileño es uno de los mejores amigos del argentino, y en la retina de los aficionados al fútbol en medio mundo está aún el fantástico pase en diagonal que le puso a Messi en París para el primer gol ante el Paris Saint Germain. «Messi sabe que es el mejor del mundo. Tiene poderes... ¡mágicos!», asegura el brasileño.
-¿Messi tendrá tiempo de estar al cien por cien para enfrentar al Bayern?
-Sí, porque se le necesitó y, a veces, tenemos que hacer un esfuerzo por el bien de nuestro equipo. Messi sabe que es el mejor del mundo por algo, por el poder que tiene de cambiar un partido y el entorno solo con su presencia. Y le agradecemos el esfuerzo. Pero, si no está él, tenemos que hacerlo nosotros.
-¿Es más lo que Messi condiciona al rival incluso que lo que cambia para ustedes?
-Cambia en general: para nosotros, para el rival, para los aficionados, porque estamos hablando del mejor y lo es por algo, porque tiene poderes... (levanta los brazos y gesticula)
-¿Mágicos?
-¡Eso!
-Su conexión con Messi jugó un papel muy importante en los 14 últimos títulos del Barcelona. Pareció perdida a inicios de esta temporada y recuperada ahora. ¿Lo siente así?
-Se perdió porque no tuve una secuencia, una continuidad. Si no juegas, no puedes tener un entendimiento. A raíz de las lesiones que tuve en el primer tramo de la temporada, no pude jugar lo que quizá me hubiese gustado, pero ahora estoy bien, jugando, y siempre es muy fácil jugar con los mejores.
-¿No hubo ningún momento en que dejase de entenderse con Messi o Messi con usted?
-No. Fuera lo llevábamos de escándalo, pero no podía jugar porque estaba lesionado; igual que ahora, no puedo darle el balón porque está lesionado, solo si jugamos en el vestuario con la mano. Pero es cierto que mi entendimiento con él es especial.
-¿Por qué cree que los hinchas del Barcelona lo quieren a usted tanto y afuera se lo odia tanto?
-Porque, si Messi tiene poderes, yo también tengo, pero los míos son más radicales que los suyos. Conmigo no hay punto medio: o me aman o me odian. Pero lo que sí es cierto es que, mi familia y mis amigos guardan recuerdos y se puede comprobar que, donde no me quieren, es allí donde un día me quisieron mucho. Tengo recortes de prensa de mi vida y mi carrera que, si los sacara, se quitarían el sombrero ante mí porque verían cómo, en su momento, me amaban y ahora me odian.
-¿Por qué cree que Messi es mejor que Cristiano?
-Porque lo de Messi es don y lo de Cristiano es trabajo, esa es la diferencia. Messi nació y le dijeron que iba a ser el mejor y lo es, y no tiene que trabajar para serlo.
-Pero también trabaja, ¿no?
-Sí, trabaja, pero no lo necesita tanto. Desde fuera, Cristiano es muy bueno, pero está muy bien trabajado para mejorar y ser el mejor. Messi, sin embargo, trabaja normal y es el mejor porque está tocado por dios; en mi humilde opinión, claro.
-¿Dónde le gustaría acabar su carrera?
-En el Bahía, de donde salí. Es mi sueño y, más que nada, una forma de agradecimiento porque de allí partió esta historia maravillosa que es mi vida profesional.
-¿Cree que cuando se hablaba de cómo les estaba afectando la ausencia de Tito Vilanova, al mismo tiempo, se estaba siendo un poco injusto con Jordi Roura?
-Un poco, no, muy injusto con él porque se ha encontrado con una situación y le ha echado huevos, que es lo que tiene, muchos huevos y para adelante. Cuando el equipo ganaba, no pasaba nada, y, cuando no, se hablaba de la ausencia de Tito.
-¿Qué destacaría de la personalidad de Vilanova?
-Destacaría que no es tan detallista, tan al milímetro de todo...
-¿No es tan pesado?
-Exacto. Pero cada cual tiene su idea, y todas son respetables y tienen su valor. Los números hablan por sí solos.
-¿Qué hubo de verdad en sus supuestas desavenencias con Guardiola y en la posibilidad de que abandonara el Barça la pasada temporada?
-Pep no estaba satisfecho con el nivel que yo estaba dando y es normal porque era el entrenador y, como tal, tiene que estar contento con el rendimiento de sus jugadores. Si no lo está, tiene la potestad de poner a otro. No era un problema mío con Pep, sino el problema de un entrenador con un jugador cualquiera. Si no estás a tu nivel, no juegas, y era lo que hacía él. Yo no tuve nunca ningún problema con él. No me puso en algunos partidos porque yo no estaba bien y él es el que manda, no yo, que soy un funcionario más. Ese fue mi único problema con Pep. Él hacía su trabajo y yo, quizá, no hacía el mío.