Alemania completa la travesía

Xurxo Fernández Fernández
Xurxo Fernández REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

La ida de las semifinales exhibe el poder de la Bundesliga tras una década de reestructuración

26 abr 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

En el camino hacia su tercera Champions, el Barça apeó al Bayern con una suficiencia insultante. Cuatro goles en tres cuartos de hora (firmados por Messi, Eto?o y Henry) convirtieron el partido y medio restante en un suplicio para los de Múnich. Nacía un conjunto, el de Guardiola, candidato al puesto de mejor equipo de todos los tiempos. En esa campaña (la 2008/2009 y su resaca), los culés amasaron seis títulos. La cita con el conjunto que entonces dirigía Klinsmann sirvió de presentación oficial.

Los alemanes estaban enfrascados de aquellas en una penosa travesía iniciada, a nivel de club, justo después de los penaltis que amargaron al Valencia su segunda final continental consecutiva (campaña 2000-2001). Acallados los festejos de Milan, el Bayern pasó apartado de la élite casi una década, durante la que solo el Leverkusen holló una última ronda de Champions (la perdió en el 2002 con el Madrid).

La transición en el ámbito nacional había arrancado un año antes del éxito muniqués. Tras el estrepitoso fracaso de la Mannschaft en la Eurocopa de Holanda y Bélgica, en la que no ganó un solo partido.

Acostumbrada a empezar de cero y a construir sobre cenizas, Alemania se reinventó hasta plantarse en semifinales del último mundial (donde se encontró con Puyol) y estar a punto de colocar al menos uno de sus clubes en liza por la orejona, por tercera vez en cuatro años. Aquel Guardiola de los seis títulos se ha mudado a casa de su primera víctima de renombre, candidata hoy a repetir la gesta de ganarlo todo. El precio de las entradas, el reparto de ingresos, el saneamiento de las entidades, las políticas de cantera... La ida de la semifinal de la Champions ha colocado el foco en un modelo ejemplar.

¿Por qué hay más gente en los campos?

Mucho se habló antes de los cruces de semifinales de la disparidad en el precio de las entradas. Acceder al estadio del Borussia costaba entre 35 y 60 euros. Adentrarse en el Bernabéu será un mínimo de diez euros más caro (las localidades oscila entre los 70 y los 290). La comparativa entre el Bayern (40 - 150) y el Barça (90 - 350) tampoco favorece al hincha culé.

Diferencia en el coste que se traduce en afluencia al estadio. Durante la pasada campaña, los campos españoles recibieron una media de 26.230 aficionados. A los alemanes acudieron un promedio de 44.214.

¿Por qué hay más igualdad económica entre clubes?

El contrastado interés de los hinchas se ha traducido en una fuerte apuesta de las televisiones y los patrocinadores. La Bundesliga firmó recientemente un contrato por el que percibirá cerca de 630 millones de euros en cada una de las próximas cuatro campañas en concepto de derechos televisivos. La cifra es similar a la española, aunque supone un crecimiento de más del 50% sobre la actual. El truco está en el reparto.

En Alemania, el 50% de los ingresos se distribuyen de forma equitativa, un 25% se asigna en función de la clasificación de cada equipo en las últimas cuatro temporadas y el 25% restante varía según la audiencia de los partidos. En España, a la espera de que se apruebe la nueva Ley del Deporte, los equipos negocian por su cuenta, lo que deriva en la creciente distancia entre el Madrid, el Barça y el resto.

El seguimiento también ha atraído a los patrocinadores, cuya inversión en la Bundesliga en un 70% mayor que la que perciben los clubes españoles.

¿Por qué no hay caciques ni visionarios?

El saneamiento de los equipos germanos (ni un solo caso de concurso) no se debe solo a la magnitud de sus ingresos. Además, en Alemania impera una legislación deportiva destinada a garantizar la transparencia de los clubes. Entre las normativa destaca la obligación de que por lo menos el 51% de la propiedad de los clubes sea de sus socios -el Bayer Leverkusen y el Wolfsburgo son las únicas excepciones autorizadas por motivos históricos-. A esto hay que sumar que los grandes inversores deben apoyar el desarrollo del fútbol en el país durante al menos 20 años. Ni jeques, ni malversadores, ni presidentes antojadizos tienen sitio en la Bundesliga. El Bayern, prototipo del éxito financiero del modelo, lleva 18 años arrojando un balance positivo más allá de su rendimiento deportivo.

¿Por qué hay tantos jóvenes con talento?

«Alemania supo acomodarse a las exigencias de los nuevos tiempos». Así valoraba ayer Vicente del Bosque el éxito del Bayern y el Borussia en la ida de las semifinales de la Champions. La mutación arrancó tras el desastre de la Eurocopa del 2010, con la imposición de que todos los clubes creasen academias de fútbol base con entrenadores profesionales. Así se obligaba a las entidades a apostar por el producto propio, ahorrando en gasto y favoreciendo al combinado nacional.

La medida fue incluso la base del renacimiento de un club como el Borussia, que en el 2005 estuvo a punto de desaparecer por las deudas. Su nuevo presidente apostó por la austeridad y la cantera para resurgir. El premio, el 4-1 al Real Madrid de un conjunto liderado por Götze; tutelado por los de Dortmund desde los nueve años y traspasado ahora por 37 millones de euros a un Bayern que tampoco ha ignorado al fútbol base. Siete jugadores habituales para Heynckes han salido de la cantera.