Ferguson es una referencia no solo en el fútbol inglés sino en el mundial, y no solo por todo lo que ha ganado, sino por la continuidad que logró en el banquillo. En veintiséis años, en un club de la talla del Manchester se crean muchos vicios y es complicado mantener la ilusión en los jugadores, la afición y el entorno. Él lo logró. Después de su paso, el Manchester es el mejor club inglés de todos los tiempos, al nivel del Liverpool y sus Copas de Europa.
Como entrenador del Deportivo me enfrenté a él en cuatro ocasiones y mantuvimos reuniones de entrenadores dos veces. Siempre se mostró muy amable, muy cercano. Pero es un maestro. Daba explicaciones acerca de métodos de entrenamiento y aspectos tácticos. Además, siempre sugería debate. También referido a las normas de juego. Como por ejemplo, la cantidad de sustituciones permitidas, de árbitros, tecnología o número y tipo de tarjetas. Lo hacía con el objeto de mejorar el fútbol en términos generales. Era un ejemplo para todos, con una gran capacidad de trabajo.
Antes de su llegada, el fútbol inglés estaba ensimismado. No se fijaba en el resto de Europa. Habían inventado el fútbol y eso era suficiente. No salía de los desplazamientos largos y los remates de cabeza. Pero Ferguson sí captó jugadores de fuera de las islas, con otro modo de jugar. Como Cantoná, Cristiano Ronaldo, Van Persie... Supo consolidar ese cambio y otros han seguido su camino. Su Manchester era más europeo, y bajo esas premisas, tuvo rotundo éxito en coger jugadores con madera como De Gea o los ya mencionados y hacerlos crecer hasta la élite.
Cuando me enfrentaba a él, sabía que el rival era el Manchester United, pero preparaba los partidos con respeto hacia Ferguson. Sabía que en el banquillo de al lado había un entrenador de máximo prestigio, que haría mucho más complicado preparar cualquier tipo de táctica para sorprender.
Puede que muchos se pregunten ahora si el Manchester United acusará mucho la salida de Alex Ferguson. Yo no lo creo. Él ha contribuido de tal manera a hacer del United un club tan grande que ahora ya está muy por encima de todo, incluido del propio Ferguson. Seguro que notará algo el cambio, pero la dinámica en la que ha introducido al Manchester es de tal magnitud que el club continuará acumulando éxitos gracias al trabajo que ha hecho en los últimos veintiséis años.