Un año sin Manolo Preciado

Genaro Morán

DEPORTES

Estatua a Manolo Preciado
Estatua a Manolo Preciado CEDIDA

La afición del Sporting levanta una estatua al técnico cántabro a las puertas del Molinón, en el primer aniversario de su fallecimiento

07 jun 2013 . Actualizado a las 17:25 h.

Pocas veces la afición corea el nombre de un entrenador. Porque el fútbol, aunque muchos quieran olvidarlo, es el juego de los futbolistas. Algo va mal cuando el héroe local es un señor de traje. Ha ocurrido alguna vez a lo largo de la historia, pero ni Cruyff, ni Guardiola, ni Miguel Muñoz, ni Del Bosque, ni la mayor parte de los técnicos con mayor palmarés fueron nunca los grandes ídolos de sus respectivas aficiones. No ha sido así en las islas británicas, donde el balompié tiene sus raíces. Históricos como Bill Shankly en el Liverpool o Brian Clough en el Nottingham Forest son la rara excepción. Ambos son idolatrados por jóvenes que no los conocieron en vida, pero que guardan viejos vídeos o recortes de prensa de sus padres.

En el Reino Unido, ese respeto a la historia del fútbol está visible en buena parte de los estadios y sus inmediaciones en forma de estatuas que homenajean a estos ídolos de traje y corbata. En España no es habitual. Una de las pocas excepciones se sitúa en la ensenada de Riazor, junto a las Esclavas, donde luce desde hace años un busto de Arsenio Iglesias erigido por el Ayuntamiento, junto a los de otros históricos como Chacho y Acuña.

En Gijón, a las puertas del Molinón, inauguran hoy una estatua a Manolo Preciado, fallecido justo hace un año, y que el consenso popular ha convertido en el entrenador más querido de la historia centenaria del Sporting. El coloso de bronce, de tamaño natural, ha sido pagado por los aficionados, a partir de una idea de la peña Portal Sportinguista, un foro de Internet que reúne a miles de jóvenes hinchas. Cada uno de ellos ha aportado diez euros y a cambio tendrán el privilegio de ver su nombre grabado en una placa a los pies del ídolo cántabro.

La inauguración de la estatua será también un acto de desagravio y un ejercicio de nostalgia. Año y medio después de la destitución de Preciado, el Sporting deambula por la segunda división, acosado de nuevo por las dudas, y mañana cerrará la liga en un intrascendente partido en Miranda de Ebro. El entrenador cántabro fue un oasis en el desierto de veinte años que ha supuesto para el Sporting la conversión en SAD. Con Preciado, el Sporting tuvo que ampliar el Molinón, reinventó la Mareona, la pasión por viajar con el equipo, y dejó para el recuerdo algún partido épico, como una victoria en el Santiago Bernabeu que acabó con nueve años de imbatibilidad de José Mourinho como entrenador local.

En la financiación y organización del proyecto también han participado jugadores y ex jugadores rojiblancos, como Diego Castro o Miguel de las Cuevas. La participación institucional, tanto del Ayuntamiento como del consejo de administración del Sporting, ha sido prácticamente nula, la imprescindible para no hacer patente el malestar. El ayuntamiento se ha limitado a autorizar la obra y el Sporting enviará al acto a un vicepresidente y a su jefe de prensa. Quizás abochornados todavía cada vez que recuerdan el día en que decidieron despedir a Preciado y sustituirlo por Javier Clemente.