Michael Jordan como inspiración

nino soto PONTEVEDRA / LA VOZ

DEPORTES

El de Chicago dice que su juego cambió y mejoró con el básquet universitario

12 sep 2013 . Actualizado a las 18:42 h.

Siendo niño en Chicago y jugando al baloncesto en la calle, era imposible no ser un fan acérrimo de Chicago Bulls, un equipo que en la década de los 90 ganó seis títulos de la NBA. Eran los Bulls de Michael Jordan, Scottie Pippen, Dennis Rodman, Toni Kukoc...

El nuevo jugador estadounidense del Marín Peixe Galego todavía andaba en pañales cuando Jordan ganó el primero de sus seis anillos de campeón de la NBA. Pero el equipo de su ciudad siguió ganando y el ala-pívot peixe «empezaba a jugar al baloncesto».

Así empezó su idilio con el mundo del aro, y pese a que su padre y su tío también jugaron al baloncesto -no de forma profesional-, «a mí, se puede decir, me inspiró Jordan». Sus inicios fueron renqueantes. Admite que no fue prácticamente hasta que empezó a jugar en el instituto cuando «aprendí a driblar». Sin embargo, su juego cambió drásticamente en la universidad.

«Allí me enseñaron a defender fuerte y a ganarme la posición cerca de la pintura», indicó ayer el oriundo de Chicago después de realizar un entrenamiento específico en el pabellón de A Raña. En el equipo está su compatriota Mark DiRugeris, Diro.

En Estados Unidos, Al Rapier disputó la liga universitaria (NCAA) con Stony Brook. Ganó su conferencia en sus dos últimos años como estudiante de Sociología, y en ambas temporadas se quedó a un solo partido de que su equipo entrase en el campeonato final de la NCAA, donde juegan las 64 mejores universidades del momento a partido único.

Pero el ala-pívot, un apasionado del juego de Dwyane Wade, de Miami Heat («pese a sus problemas de rodillas, es un jugadorazo»), ya conoce el baloncesto europeo. El año pasado disputó la máxima categoría del baloncesto portugués y alcanzó el play off para el título. Cayeron en la primera ronda, «pero fue un año estupendo, fue una experiencia increíble».

Perfeccionista

Sin embargo, reconoce que «de España no sé nada. Nunca estuve aquí antes». Afirma que «estoy encantado en Marín. Buen equipo, buenos compañeros, buena comida y un lugar tranquilo para vivir». Espera crecer en el pabellón de A Raña como jugador de baloncesto. Confiesa ser un «perfeccionista», y admite que «no me gusta perder. Si un día me ves de mal humor, ese día perdí».

Lleva desde el domingo en Marín, y no se lo pensó dos veces cuando su agente le presentó la oferta del Peixe. «Me vine de Chicago y aquí estoy entrenando». Este sábado se estrenará con la elástica en la Copa Galicia contra el Breogán. «Tengo ganas de que empiece la Liga, tenemos un gran equipo».

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