Una sonrisa que invitaba a disfrutar de cada minuto

Luis Moya POR EL ASFALTO

DEPORTES

14 oct 2013 . Actualizado a las 18:09 h.

Recibí la terrible noticia poco después de las ocho de la mañana mientras me preparaba para participar en un rali. Me llamó un compañero de la Cadena Ser para que entrase en directo en la radio. Me quedé conmocionado. María de Villota había superado lo peor, había luchado contra la muerte y se había levantado de la mejor manera posible. Por eso, me parecía casi imposible lo que había sucedido, lo que me estaban contando. El mundo del motor y del deporte en general están en estado de shock.

Coincidí con ella hace poco en un Gran Premio de Fórmula 1. Me había pedido que la acompañase en una de sus charlas donde relata cómo se repuso de un golpe tan duro, de un accidente que estuvo a punto de arrebatarle la vida. Desde el primer momento en el que hablamos me contagió esa actitud positiva que transmitía a primera vista. Tenía una sonrisa que invitaba a disfrutar de cada minuto. Ese también es su legado. El que desde hace años que cada vez que alguien me escucha me encargo de machacar constantemente. Hay que vivir al instante. Aprovechar el tiempo al máximo. No importa lo que hayamos hecho en el pasado, tampoco lo que haremos en el futuro si disponemos de esa posibilidad. Lo único verdaderamente trascendente es exprimir el presente. María de Villota lo tenía claro y eso es lo que debemos aprender de esta enorme pérdida y que será tan difícil de reparar.