El jugador holandés comenzó a cambiar la historia del Barça al remontar una Liga inolvidable en la temporada 73-74
29 oct 2013 . Actualizado a las 19:30 h.Johan Cruyff deslumbraba con la selección holandesa y el Ajax de Ámsterdam. Consagrado como uno de los mejores jugadores del momento, había logrado tres Copas de Europa. Real Madrid, Barcelona y media Europa se disputaban un fichaje que se convertiría a la postre en el más mediático del verano. Era 1973, año en el que consiguió el Balón de Oro. Los holandeses habían alcanzado un acuerdo con Santiago Bernabéu para su traspaso, pero Cruyff (que no tenía agentes) se negó a marcharse a la capital española, y decidió acudir a la llamada de su eterno rival, donde cambiaría la historia. Los culés, en aquel momento, se encontraban en un momento gris, y vivían a la sombra de la entidad blanca.
El Flaco, como era conocido, pronto rentabilizó los 60 millones de pesetas que costó. El Camp Nou suplicaba por verle en acción, y los llenos estaban garantizados. Su debut con el Barcelona se produjo el 28 de octubre frente al Granada, tras una pésima racha azulgrana. Los de Rinus Michels ocupaban la penúltima posición, y habían caído frente al Elche, Real Sociedad y Celta de Vigo en un comienzo de campaña desastroso. Sería el punto de inflexión para ellos. Cruyff lograba dos tantos en el 4-0 del conjunto blaugrana, que no volvería a perder en el resto de la temporada. A partir de ese momento, se convirtió en el jugador de moda, en el dueño de todas las portadas. Un hombre que, como él mismo reconocía, aprendió «a jugar en la calle».
Después de casi tres lustros de sequía, de la mano del holandés una Liga volvía al seno del Barcelona, que logró ganar al Real Madrid por un sonrojante e inolvidable 0-5 en el Bernabéu. Con los culés Johan Cruyff jugaría cinco temporadas. Su estrella acabó apagándose poco a poco, pero lo mejor estaba por llegar.
Cryuff y el Dream Team
Creador del Dream Team y de un estilo de juego difícilmente repetible, Cruyff fue entrenador del Barcelona durante ocho temporadas. Con el cigarrillo y una gabardina beige como fieles compañeros, allí marcaría una época. Logró lo que nadie hasta el momento había conseguido en el club, una Copa de Europa, además de cuatro Ligas, una Recopa, una Supercopa de Europa, tres de España y una Copa del Rey. Un enorme palmarés que cambió la historia culé pero que no evitaría su destitución en 1996 tras desavenencias con Josep Lluis Núñez, que le obligaría a marcharse por la puerta de atrás y con más pena que gloria.
Desde entonces, su relación nunca ha sido igual con la entidad blaugrana. Entre el 2003 y el 2010, estuvo en el Barcelona como asesor de Joan Laporta, pero las diferencias con Sandro Rosell alejaron del club a uno de sus emblemas, que incluso rechazó la presidencia de honor. Con Johan Cruyff empezó a forjarse un gran Barça hace ahora 40 años en un partido frente al Granada.