La selección se mide a Sudáfrica en el estadio donde ganó el Mundial
19 nov 2013 . Actualizado a las 17:23 h.Nunca un partido amistoso de la selección puso el vello tan de punta en los prolegómenos como el que hoy disputa en el Soccer City de Johannesburgo (20 horas, Telecinco), ese majestuoso estadio con capacidad para más de 90.000 personas y un diseño inspirado en la cerámica tradicional africana donde España cocinó su único título mundial. Recuerdos, emociones, sensaciones a flor de piel.
El gol de «Iniesta de mi vida», como acuñó José Antonio Camacho, en la final ante Holanda, el cariño mostrado por un pueblo entregado desde el primer día a los encantos de la expedición española, y mucho más. Historias, anécdotas vividas dentro y fuera de los vestuarios, en la cálida concentración de Potchefstroom, en los autocares camino de los estadios y en esa impresionante vasija donde España se coronó reina universal. De los héroes del 11 de julio de 2010 solo faltan Capdevila y Marchena, que ya no estarán seguro en Brasil, además de Puyol, Piqué, Xavi, Cesc, Silva y Fernando Torres.
«Ahora vemos con más naturalidad lo impresionante que es el Soccer City, sobre todo desde fuera. Entonces no nos dimos cuenta. Lo importante es que han pasado más de tres años de la mayor hazaña del fútbol español, que a todos nos hace sentir orgullosos, y se ha demostrado que no fue un fogonazo. Después ganamos una Eurocopa y nos hemos clasificado para otro Mundial. Seguimos en buena línea y con buena salud», reflexiona Del Bosque en Johannesburgo, donde se siente «afortunado» por poder manejar un grupo magnífico y elegir el calendario, sin sufrir el agobio de la repesca.
«Privilegiados»
Evocaciones y añoranzas. Recreaciones por las que, según los internacionales y su jefe, merece la pena un largo viaje con polémica escala en Guinea Ecuatorial, y tres noches en los aviones en siete días de concentración. «Somos unos privilegiados. Asumo y entiendo las críticas pero no siento que hayamos hecho nada malo», esgrime el técnico salmantino, satisfecho por arrancar una sonrisa a miles de niños desfavorecidos y por cumplir un «compromiso muy fuerte» de su presidente, Ángel Villar, que no se había podido satisfacer hasta ahora. «Las distancias no son ahora un problema. Nos metemos diez horas de vuelo en primera, dormidos. Qué podrán pensar aquellos que madrugan cada día para ir a trabajar o que sufren el desempleo...», explica Del Bosque a todo el que desee escucharle.
Entiende el preparador español, recientemente renovado hasta la Eurocopa de Francia 2016, que es momento de disfrutar, no de polemizar.
Los sudafricanos se presentan a la fiesta no solo como invitados. Quieren ser protagonistas. Advierte su seleccionador, Gordon Igesund, que sus pupilos están mentalizados para ganar. Les exige jugar sin complejos. «España viene aquí y tiene grandes jugadores pero van a jugar contra los Bafana Bafana. A veces nos sentimos intimidados por los adversarios pero podemos presentar batalla y hacer que el partido sea igualado», desveló en la previa del choque.
«Han pasado tres años de la mayor hazaña del fútbol español y se ha demostrado que no fue un fogonazo»