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El pobre rendimiento del guardián de las esencias del juego azulgrana resume la crisis en la que ha caido el equipo de Martino, destapado su mal juego tras las dos derrotas consecutivas
02 dic 2013 . Actualizado a las 22:18 h.Brújula del juego de toque y posesión del Barcelona de los últimos cinco años, Xavi Hernández parece haber perdido el norte en este inicio de temporada. El número de pases del jugador de Terrassa ha descendido de manera significativa ante Rayo Vallecano, Betis, Ajax y Athletic de Bilbao, que se han atrevido a discutirle el balón a un Barça cada vez más desnaturalizado. En la segunda derrota consecutiva de la temporada en el nuevo San Mamés (1-0), se volvió a ver a un Xavi perdido, incapaz de dormir la vigorosa presión vasca e incómodo en el intercambio de golpes, cada vez más presentes en los matices tácticos introducidos por el Tata Martino.
La figura de Xavi, guardián de las esencias del mejor Barça, resume los males que acechan al equipo azulgrana en su estilo de juego. Acostumbrado a completar una media de 100 pases por noche, ante el Athletic de Bilbao no pasó de los 60 antes de ser sustituido a los 78 minutos de partido, cuando el Barça necesitaba la remontada. «Firmo una derrota en los próximos 20 partidos», manifestó Martino tras el 2-1 en Ámsterdam para relativizar lo sucedido ante el Ajax. Dos partidos perdidos en cinco días después de tres meses invictos es preocupante, aunque el equipo mantenga el liderato en Liga. Pero lo más grave es la tristeza que transmite el juego del Barça.
En la crisis del Barcelona influyen las bajas. Ya avanzó Martino que nunca buscaría excusas en público por las ausencias. Pero en Bilbao se añoró a Messi como nunca porque en ese tipo de partidos en los que el Barça arranca con criterio, el argentino siempre decantaba el marcador con un gol o una asistencia. Y todo cambiaba. También faltan Valdés, que este curso destacaba por sus paradas milagrosas; Alves, que en la temporada del Mundial de su país iba como una moto; y Jordi Alba, más que un lateral zurdo. Y hasta Tello es un buen revulsivo en encuentros que se complican. Pero la baja de Messi es fundamental y aventurar que no se iba a notar era muy ingenuo
«No hay que verlo todo tan negro», dice Iniesta, quien pide «no tirar todo al traste». «Simplemente hay que corregir cosas sin cambiar las que hacemos bien», apunta el de Fuentealbilla. Pero la sospecha de que a Martino le viene algo grande un club de la dimensión del Barça comienza a crecer.