Apático y desconectado, el argentino cada vez corre menos y pasa peor
11 abr 2014 . Actualizado a las 19:05 h.Cuando el árbitro Howard Webb hizo sonar el silbato el miércoles y el Barça quedó eliminado en los cuartos de final de la Champions, lo que parecía evidente desde el prisma del espectador encontró su reflejo en los números. Messi había estado ausente en el partido más importante de la temporada para su equipo. El argentino, en otro tiempo crucial en estas grandes citas, había deambulado sobre el césped del Calderón apático y desconectado del resto de los compañeros. Su aportación en metros recorridos a ras de hierba (6.800), casi la mitad de los que hizo Xavi (11.800) solo admitía la comparación con uno de sus colegas de vestuario, el portero Pinto (5.300).
Martino se encargó de defender a su buque insignia ante los medios de comunicación. Pero su respaldo resulta tan inexplicable como el rendimiento del futbolista. «No queríamos que entrase demasiado en juego», señaló. Pero las palabras del preparador ya no pueden ocultar que Messi se ha sumergido en un eterno letargo.
Menos esfuerzo
Sin hambre de gloria
El principal motivo del adiós de Pep Guardiola al Barcelona fue el inherente a un ciclo tan exitoso como el que protagonizó el entrenador catalán. Guardiola intuyó su incapacidad para motivar a algunos de los hombres que lo habían llevado a la gloria a través del esfuerzo colectivo.
Entre ellos, siempre aparece señalado Messi, que, como mucho de sus compañeros, ya lo ha ganado todo desde el Camp Nou. Y lo cierto es que hoy el argentino es el futbolista que menos metros por minuto jugado ha recorrido en esta Champions. Mientras las estrellas del Bayern, Ribery y Robben, promedian alrededor de 130 (semejante a la media de Xavi o Gabi); o Cristiano y Neymar hacen cerca de 110; Messi se desplaza 89 metros cada minuto (solo 73 en el Calderón).
Más impreciso
Cae el acierto en el pase
Pero no solo corre menos Messi. También es más impreciso que nunca. Quizás no en la finalización, donde apenas concede espacio para el error y en eso es prácticamente inigualable, pero sí en la entrega. En el último encuentro contra el Atlético de Madrid intentó 44 pases y solo convirtió 26. El 60%, muy lejos del 90% que rozaba la mayor parte del equipo durante su reciente época dorada.
Este dato también va ligado al nuevo giro que ha dado Martino a la forma de jugar del Barça y que se evidenció en la última media hora del partido del miércoles en Madrid. Ahora es más directo, con menos paciencia. Y cada envío de Messi trata de ser más determinante. Arriesga más y se expone sobremanera al fallo. La identidad se le escapa en cada toque.
La Lesión
Una recuperación a su medida
No faltan voces que achacan este desplome en la productividad de uno de los mejores jugadores del planeta a la lesión muscular que sufrió a principio de temporada y que lo tuvo varios meses apartado de la competición. Sin embargo, por aquel entonces se diseñó para él una recuperación a medida. Viajó a Argentina para desaparecer de la primera línea y poder estar tranquilo junto a su familia. Su regreso se anunciaba al cien por cien. Llegaría al máximo para el tramo decisivo de la campaña, pero la realidad es que no ha vuelto a exhibir su nivel más exuberante.
El nuevo contrato
Neymar y Hacienda
El plano extradeportivo tampoco navega por las aguas que le gustarían a Messi. El jugador y padre tuvieron que pagar, tal y como publicó el diario El Mundo, junio y septiembre 15 millones de euros a Hacienda. A partir de ese momento, se empezó a hablar de una nueva renovación de contrato con el Barcelona. El runrún se incrementó tras conocerse las cifras de la operación Neymar, que dejaba al descubierto que el brasileño cobraba más que el número uno del equipo.
El Mundial
Dosificación para rendir a tope
La celebración del Mundial, uno de los pocos títulos que se le escapan y donde no ha logrado se trascendente, podría influir también en la determinación del argentino esta temporada con el Barcelona. Aunque él lo ha desmentido, quizás reserve fuerzas para brillar en Brasil.