Chelsea-Atlético de Madrid: Guerra de estrategas por un puesto en la final de la Liga de Campeones

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DEPORTES

Juan Carlos Hidalgo

El 0-0 de la ida deja muy abierto el partido que decidirá si Chelsea o Atlético de Madrid estarán en Lisboa

30 abr 2014 . Actualizado a las 20:35 h.

Más que un partido de fútbol, la vuelta de las semifinales de la Liga de Campeones de hoy en Londres se adivina como una tensa partida de ajedrez donde el más mínimo error puede condenar a Chelsea o Atlético de Madrid a ver la final por televisión.

La concentración debe ser máxima, porque si se cumple el guión que perfiló el primer partido en Madrid (0-0), apenas un detalle decidirá quién estará el 24 de mayo en Lisboa para jugar por el título más importante del fútbol europeo.

El Chelsea busca su tercera final, todas ellas en los últimos seis años. El Atlético de Madrid persigue un sueño que hace 40 años se le escapó en Bruselas por seis minutos, los que pasaron entre el gol de Luis Aragonés en el minuto 114 y el empate de Georg Schwarzenbeck, que llevó la definición de la final de 1974 a un partido de repetición que el Bayern Múnich ganó dos días más tarde por 4-0.

Ambos equipos tienen jugadores de talla mundial, pero el duelo está marcado por las órdenes que salen de los banquillos, donde el portugués José Mourinho y el argentino Diego Simeone marcan el ritmo de los partidos con la fe ciega de sus hombres.

Las estrellas deben estar al servicio de Chelsea y Atlético de Madrid, de un bloque granítico donde se defiende con uñas y dientes desde el primer delantero al último defensor. La filosofía es innegociable: el gol llega como producto de la solidez defensiva y la presión.

Con matices, el párrafo anterior define el ideario de los dos hombres que estarán mañana en los banquillos de Stamford Bridge, donde se enfrentan dos equipos que se sienten más cómodos en el contragolpe que en el control de la pelota. El ideario no le ha ido nada mal a ninguno de los dos. Mourinho, de 51 años, ha ganado las ligas portuguesa, inglesa, italiana y española, además de dos Champions con Porto e Inter de Milán. Simeone, de 44, triunfó en Argentina antes de empezar su meteórica carrera en el Atlético, donde suma una Liga Europa y una Copa del Rey, y está a dos victorias del primer título atlético en la liga española desde 1996.

El hambre de gloria de Simeone, que con su «partido a partido» se ha puesto a las puertas de la mejor temporada en la historia del club, podría ser determinante, pero la ambición de Mourinho es bien conocida. Después de su fracaso en el Real Madrid, el portugués tiene al alcance convertirse en el primer entrenador con tres Champions con tres equipos distintos, y además lo haría con el Chelsea, donde es algo más que alguien «especial».

El planteamiento de los técnicos

Antes de que el dueño del club, Roman Abramovich, lo fichara, el Chelsea era un equipo del montón cuya única Liga inglesa databa de 1955. Por eso, ni en los vestuarios ni en las gradas se cuestiona un segundo los métodos de Mourinho. «Si la gente nos mira y dice que el Chelsea no sabe jugar incluso cuando ganamos, es sólo porque están celosos», lanzó el atacante alemán Andre Schürrle en respuesta a las críticas al juego blue en Liverpool, donde pese a ganar 2-0 se le acusó de poner no uno sino dos autobuses frente a su portería.

Con un enfoque igual que el de Madrid, el Chelsea puso el domingo patas arriba la Liga inglesa y reforzó su confianza para mañana. «Un planteamiento espectacular», elogió el brasileño Filipe Luis, lateral del Atlético, el juego del rival tras el 0-0 de la ida.

La pregunta es si Mourinho hará lo mismo ante sus seguidores o buscará ser más protagonista. El portugués no podrá contar en el centro del campo con Frank Lampard y John Obi Mikel, ambos sancionados, ni con Petr Cech, lesionado. Tanto el checo como el central aparecieron por sorpresa en el entrenamiento cuando se les daba por descartados. Mourinho descartó al portero pero sí confirmó la titularidad de su capitán. Sí parece que por fin estará a disposición del técnico el belga Eden Hazard, que podría darle más imaginación al centro del campo de los londinenses.

Simeone tiene la única baja de su capitán, Gabi, que no podrá jugar por sanción. Su puesto lo ocupará probablemente el portugués Tiago. La principal duda está en saber si el turco Arda Turan, alma del equipo, podrá jugar desde el principio por sus problemas de pubalgia. En caso negativo, el brasileño Diego Ribas entraría en la ecuación.

El cielo se espera gris en Londres, donde la vida de la megaurbe sigue su curso entre campañas antieuropeístas y huelgas de metro. Pero a las 19:45 local del miércoles, todos los sentidos se concentrarán para Chelsea y Atlético en el rectángulo verde de Stamford Bridge, donde sólo un detalle podría marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso.