Los nuevos fichajes introducen las redes sociales en el vestuario blanquiazul
10 feb 2015 . Actualizado a las 16:15 h.«Lo intento... Grazas a todos polo voso apoio e agarimo. O importante aquí é seguir sumando puntos e se é de tres en tres mellor». Oriol Riera nació en Vic, localidad barcelonesa, y su profesión lo convirtió en futbolista itinerante con dos años de parada en Vigo. El sábado desempolvó sus conocimientos de gallego para dejar un mensaje en Twitter tras la victoria frente al Eibar. 129 caracteres que también redactó en castellano, catalán e inglés (el ariete pertenece al Wigan). Su texto en la lengua de Rosalía fue el más comentado y reproducido de los cuatro: hasta quinientas veces. El doble de las que alcanzó Celso Borges, que remató sus palabras con un FuerzaDepor que le obligó a rectificar. «Entonces es ForzaDepor. Mis disculpas», reaccionó el tico. Delantero y centrocampista ejemplifican la nueva relación que mantienen los futbolistas del Dépor con sus seguidores a través de las redes sociales. Una conexión multiplicada tras las últimas incorporaciones a un vestuario que vivía casi de espaldas a la Red.
Por todos los canales
Twitter, el más utilizado. Hasta once futbolistas de la plantilla han abierto cuenta en Twitter, el medio más utilizado en el vestuario blanquiazul para contactar con la afición. Facebook tiene menos predicamento y solo tres poseen página oficial abierta a cualquier seguidor (Riera, Borges y Cuenca). Otros ocho utilizan el sitio creado por Mark Zuckerberg para relacionarse exclusivamente con sus allegados. Nueve son fieles a Instagram, pero realmente son pocos los que cuelgan fotos con frecuencia.
Actividad casi diaria
Cuatro recién llegados, los que más interactúan. El delantero catalán y el centrocampista costarricense antes mencionados son dos de los jugadores más activos en su contacto virtual con el aficionado. Sobre todo, a través de Twitter, donde Borges acumula más de 196.000 seguidores (supera los 680.000 en Facebook), la mayoría, producto de la enorme fama que ha alcanzado en su país natal. José Rodríguez dobla a Celso en fans tuiteros y asegura que trata de «mantener la cuenta lo más actualizada posible por respeto a ellos».
Aunque el más activo en fechas recientes es Juanfran, que empieza a ganar adeptos por la feliz relación que mantiene con la ciudad y sus distintos equipos. Habitual en el Fabril y el Basket Coruña, suele vincular a sus comentarios fotos en compañía de su pareja.
Malas experiencias
Amenazas, insultos y cierres de cuentas. Pese a su actividad constante, el lateral derecho apenas ha superado los 350 mensajes en su cuenta. La explicación: «Tuve que hacerme una nueva porque en la que tenía cuando estaba en el Betis recibí muchos insultos y amenazas». El de Juanfran no es un caso aislado. Cuenca, el futbolista del Dépor con más seguidores en Twitter (675.000) y Facebook (1.244.000) apenas interactúa con la hinchada últimamente.
El extremo, que ha escuchado algunos pitos en Riazor, ha tenido que soportar también mensajes amenazantes y graves faltas de respeto por parte de seguidores (casi siempre anónimos) que se describen como deportivistas. José Rodríguez también fue objeto de descalificaciones tras la visita del Real Madrid a Riazor y Lopo optó por responder en Instagram a quienes le atacaron por pedirle la camiseta a Neymar en el descanso del duelo con el Barça (aclaró que era para un familiar con problemas). Luis Fernández, ahora cedido en el Lugo, decidió cerrar sus cuentas la temporada pasada harto del acoso de supuestos hinchas del Dépor.
Profesionales al mando
Expertos en redes para los más populares. Aunque la mayoría opta por manejar en primera persona sus relaciones virtuales con la afición, no faltan futbolistas que prefieren dejarlo en manos de profesionales. Celso Borges tenía un Community Manager en Costa Rica, donde su actuación en el Mundial de Brasil hizo aumentar exponencialmente la popularidad del ya antes reconocido centrocampista. El más prolífico en Internet en cuanto a variedad de sistemas es Riera, que al igual que Lucas posee incluso una página web propia en la que además de repasar su trayectoria enlaza entrevistas y noticias sobre sus actuaciones.
Veteranos, al margen
Sin cuentas, o poco activos. «Ni tengo cuentas, ni me interesan las redes sociales». Helder Postiga es veterano y portugués, y ni una cosa ni la otra le acercan al mundo virtual en la plantilla blanquiazul. Entre los lusos apenas hay interacción con el deportivismo a través de Internet. Todos afirman preferir el contacto directo y reservar la web para asuntos personales. Lo mismo ocurre con los jugadores de más edad del plantel, o los que más tiempo llevan en A Coruña. De este grupo, solo Insua y Bergantiños usan Twitter. El de Arzúa tiene también Facebook e Instagram, pero apenas les da bola (lo mismo asegura hacer Lucas Pérez). Juan Domínguez y Manuel Pablo se sumaron a la legión Zuckerberg, pero con cuenta cerrada a la que hacen poco caso, como la de Juanfran. Seoane tiene el Instagram casi de adorno, lo mismo que el Twitter de Fariña y Canella. Al «no me interesan» de Postiga se suman Toché y Wilk, trío de reaccionarios frente a la nueva ola blanquiazul.