
El artículo 15 del Reglamento General de la Liga Nacional de Fútbol Profesional es una buena muestra del blindaje salarial de los futbolistas
08 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Si los futbolistas sindicados en la AFE aportasen tan solo el 1 % de sus sueldos, la Asociación de Futbolistas Españoles no tendría que compararse con otros países, de los que dice que retornan un porcentaje de los derechos de televisión en beneficio de los jugadores.
Si los 1.100 futbolistas sindicados en la AFE contribuyesen con una cuota equivalente a ese mínimo porcentaje, redundaría en su propio beneficio una cantidad cercana a los once millones de euros (el salario medio de los jugadores de Primera es de 1.900.000 euros; los de Segunda cobran como promedio 170.000 euros).
Sin embargo, estos trabajadores en situación extremadamente privilegiada en cuanto a sus condiciones laborales y garantía de cobro de sus salarios, han demostrado en los últimos tiempos una voracidad pecuniaria igualmente extrema.
De hecho, su discurso ha cambiado con respecto a anteriores convocatorias de huelga, en las que su preocupación principal era la garantía salarial de las categorías no protegidas bajo el paraguas profesional de la LFP. En esta ocasión nadie se acuerda de la Segunda División B.
El artículo 15 del Reglamento General de la Liga Nacional de Fútbol Profesional es una buena muestra del blindaje salarial de los futbolistas, ya que ante una situación de impago al final de cada temporada, sus empresas (los clubes) serán excluidos de su categoría como castigo, una garantía que un entorno no futbolístico no posee.
Además, la desigualdad es máxima en comparación con los trabajadores ordinarios cuyas empresas se encuentran en situación de concurso de acreedores, ya que no tienen garantizado ni mucho menos el cobro de la totalidad del salario adeudado. Sin embargo, solo cabe recordar el proceso concursal del Deportivo, en el que los futbolistas percibieron por una vía o por otra la totalidad de lo adeudado por el club, mientras que Hacienda, los bancos y otros acreedores tuvieron que someterse a quita en la deuda ordinaria.
En este contexto, sorprende la postura de los futbolistas, y subyace según algunas fuentes su rechazo a los esfuerzos de regularización fiscal de los ingresos de los jugadores profesionales, muy dados a la creación de empresas pantalla para gestionar el cobro de parte de sus emolumentos. En este sentido, la Asociación de Inspectores de Hacienda del Estado (IHE) recordó que los clubes y los futbolistas deben atender sus obligaciones fiscales como cualquier contribuyente y pidió al Ministerio de Hacienda «claridad y firmeza».