
El hijo del presidente de la federación española es el director general de la Conmebol, en el centro de las investigaciones de Estados Unidos contra altos cargos de la FIFA por sobornos
01 jun 2015 . Actualizado a las 09:55 h.Los reformistas no lo aprecian, pero el español Gorka Villar es el poder en la sombra en el fútbol sudamericano, donde al mismo tiempo que gestiona la Conmebol se encarga de buscar defensa legal para los dirigentes detenidos en el escándalo de corrupción de la FIFA. El hijo del presidente de la Federación Española de Fútbol, Ángel María Villar, no heredó las dotes futbolísticas de su padre, exjugador del Athletic y de la selección, pero sí su habilidad para desenvolverse en la política del deporte y sus amistades en el ente rector del fútbol de Sudamérica.
Apoyado por el poderoso Julio Grondona, amigo íntimo de su padre, Villar júnior llegó a la Conmebol como director del departamento legal en el 2011. En diciembre del año pasado se convirtió en el director general de la organización con sede en las afueras de la capital de Paraguay, Asunción. Su influencia en el fútbol sudamericano la dejó clara el hijo de Grondona, el hombre que dirigió durante 35 años con puño de hierro la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) hasta que falleció en julio del 2014, a los 82.
Intermediar a favor del Boca
«Hablé con la persona indicada, con el señor Gorka Villar, que está en la Confederación por mi padre y es el gerente general, además de un excelente abogado», reconoció Julio Grondona (hijo) en una entrevista con la radio argentina AM 1190, donde explicaba que había llamado al español para intermediar en favor del Boca Juniors por el escándalo del partido ante River Plate en Copa Libertadores. «Él nos ayuda en FIFA. Levanté el teléfono y le expliqué lo que era el Boca, a nivel continental», agregó el presidente de Arsenal.
Pocos tuvieron tanto poder en FIFA como Julio Grondona padre, que el día de su muerte aún era vicepresidente primero y jefe de la comisión de finanzas del ente rector del fútbol mundial. Allí fue donde el argentino trabó una estrecha relación con Ángel María Villar, caudillo del fútbol español desde 1988 e invitado habitual en los Congresos y reuniones de Conmebol.
El argentino fue un maestro para el español, que al igual que Grondona, creció en el ámbito internacional hasta convertirse en vicepresidente de UEFA y FIFA pese a su escaso conocimiento de idiomas.
Contactos con Bin Hammam
Según el libro The Ugly Cam, el catarí Mohammed bin Hammam contactó con Villar a través de su hijo Gorka para proponerle un trato en la carrera hacia los Mundiales del 2018 y 2022. El español aseguraba a Catar cuatro votos en el comité ejecutivo: el suyo, el de Grondona, el del paraguayo Nicolás Leoz y el del brasileño Ricardo Teixeira. Los tres aliados de Villar están hoy implicados en casos de corrupción.
Catar ganó su Mundial, pero España fracasó en su apuesta por 2018. No obstante, Grondona cumplió con su parte, según confesó a DPA en el 2011, y votó al mini-estado árabe. Aquella elección está siendo aún investigada por la Justicia suiza, que llamó a Villar a declarar como testigo.
«Será poco menos que imposible encontrar otro dirigente del colosal calado y la humanidad de Julio Humberto Grondona. Es una pérdida tremenda para el fútbol argentino; una pérdida que también lloramos en España», dijo Villar, 65 años, tras la muerte de su amigo.
Hacía tiempo que Gorka trabajaba ya estrechamente con el dirigente argentino, que ahora se ha visto envuelto en el escándalo del FIFAgate, una investigación de la fiscalía estadounidense que acusa a numerosos dirigentes futbolísticos de americanos de organizar una trama de cobro de sobornos por la venta de los derechos de comercialización de sus torneos.
Defensor de Contador
Según las actas del Departamento de Justicia, Grondona acordó recibir 15 millones de dólares de los más de 100 con los que la empresa de márketing deportivo Datisa supuestamente compró el favor de los jefes de la Conmebol para obtener los derechos de cuatro Copas América. El escándalo que desató la detención en Zúrich de siete altos dirigentes futbolísticos -tres de ellos sudamericanos- obligó a Gorka Villar a ocuparse de asuntos que no esperaba. Experto en derecho del deporte, el español de 39 años, que fundó el despacho Sport Advisers y defendió al ciclista Alberto Contador en un sonado caso de dopaje, se encargó en Suiza de buscar abogados locales a los imputados.
Aunque educado y sonriente, Villar hijo esquiva a los periodistas con la misma habilidad que su padre, que hace años que no da una rueda de prensa y no ha dado explicaciones ni siquiera en medio del conflicto por el reparto de los derechos de televisión. Los Villar prefieren mantenerse en la sombra.