Simeone interviene a tiempo

Xurxo Fernández Fernández
xurxo fernández REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

Michaela Rehle | Reuters

Tras pasar la primera parte a merced del Bayern, el entrenador cambió el dibujo y el equipo la actitud

04 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Un duelo entre el Atlético y el Bayern no admite sorpresas en el guion. El Cholo y Guardiola se abrazaron con fuerza al libreto y enviaron a los suyos a repetir sobre el Alianz Arena lo mismo que llevan ejecutando desde que se pusieron a sus órdenes. Tocar unos, aguantar los otros. El problema para los rojiblancos no estuvo en la selección del arma, sino en la del terreno. En cuanto la bola empezó a moverse, nueve futbolistas visitantes acordonaron a Oblak como si lo que tuvieran que proteger fuera al hombre y no al resultado. Los de casa aprovecharon cada centímetro de césped concedido y montaron el campamento frente al área grande colchonera. Desde allí sometieron al rival a un bombardeo.

Hay detalles que emparentan al exequipo de Guardiola con el que todavía dirige. El Bayern, como el Barça se concede tiempo para gustarse con la pelota. Pero hay también sobradas señas de identidad que los convierten en únicos. Para anular a los alemanes no basta la estrategia del embudo. Concederle las bandas es un riesgo enorme, porque disponen de varios elementos capaces de cazar balones al vuelo. Además, no tienen tantos remilgos para chutar antes de llegar a la línea de meta.

Vidal y Alaba probaron varias veces desde lejos antes de que Augusto metiera el pie a destiempo para frenar una incursión del lateral y Giménez se descubriera despatarrado y sin sotana. En la avalancha, solo Oblak se mantuvo en pie y gracias a él el Atlético alcanzó con vida el descanso.

Suficiente, porque en la caseta le llegó el turno al Cholo y el argentino se quitó a tiempo del vicio de amontonar centrocampistas que nunca llegaron a pisar la medular. Le dio una oportunidad a Carrasco y el belga fue el mensaje. Un hombre de ataque para salir del encierro autoimpuesto y adelantar la presión. Ya no eran siempre kilómetros de hierba lo que había que recorrer para ver a Neuer cada vez que se recuperaba el balón. Torres tuvo por fin respaldo en el acoso a los centrales del Bayern (unas veces Koke y otras Gabi) y crecieron las opciones de pase en las contras.

El Atlético supo sacar la cabeza entre el minuto 45 y el 60, y al asomarse encontró un gol. El tanto imprescindible para desencajar a los alemanes, que durante un tiempo se olvidaron de jugar.

Pasado el rato, los rojiblancos retomaron la clausura, pero no es lo mismo aguantar media hora que hora y media un vendaval. El intento del Bayern de volver a la pausa lo saboteó Guardiola: quiso agitar el choque con Coman y produjo sobreexcitación. A la hora de intervenir, la partida se la llevó el Cholo. Ganó un billete a Milán.