La vallista nacionalizada española, ya sancionada a perpetuidad, vuelve a ser reincidente al destaparse su positivo en Pekín 2008
25 may 2016 . Actualizado a las 21:06 h.Anunció el Comité Olímpico Internacional (COI) un positivo español en los reanálisis de Pekín 2008 y se encogió el COE. Pero algunos medios identificaron que la tramposa había sido Josephine Onyia y todo el mundo del atletismo asintió. Al fin y al cabo, es difícil encontrar un historial con cuatro positivos anteriores en un deportista y que insistiera proseguir con su carrera y sus muescas al otro lado de la ley.
La nigeriana nacionalizada española se quedó a un paso de la final de los 100 metros vallas en Pekín 2008 (fue quinta en semifinales), pero las muestras de los controles se conservaron después que en las pruebas iniciales no se observara nada castigable. Pero en los últimos tiempos la lucha del Comité Olímpico Internacional y la Agencia Mundial Antidopaje ha recuperado aquellos botes de sangre y orina y ha reanalizado con las nuevas tecnologías hasta descubrir a 31 atletas haciendo trampas con sustancias prohibidas (14 rusos).
Uno de esos repescados ha sido Onyia, sospechosa habitual por sus cuatro positivos anteriores. La deportista del Valencia Terra i Mar que se nacionalizó en el 2007 española voló en aquellos tiempos en que logró sus mejores marcas al aire libre (12,50 segundos en los 100 metros vallas en 2008 en Berlín y 11,37 segundos en 100 metros lisos en el 2007 en Albufeira). Los resultados fueron tan asombrosos (llegó a reducir 14 centésimas en poco tiempo su mejor año) que hay que situarlos en relación con sus problemas con la lista de sustancias prohibidas.
En septiembre del 2008 dio positivo por metilhexanamina en Lausana y en Sttutgart por clembuterol, pero su apelación ante el Tribunal de Arbitraje del Deporte permitió su regreso dos años después. En el 2011 la alerta saltó por metilhexanamina y fue castigada por primera vez con dos años de sanción y un cuarto positivo de la Agencia para la Protección de la Salud en el Deporte impulsó desde la Federación Internacional de Atletismo a una sanción de por vida para cualquier cuestión relacionada con su deporte.
Desaparecida del tartán y exiliada ha llegado un quinto control no superado, todo un récord para quien con 22 años estuvo a un paso de una final en Pekín que sólo habría sido anulada con los controles de ocho años después. Para su fortuna, no compitió en Londres 2012, evento para el que ya se ha preparado el reanálisis de 250 controles.