Phil Mickelson rozó lo nunca visto

Paulo Alonso Lois
PAULO ALONSO LOIS REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

CRAIG BROUGH | REUTERS

El zurdo acarició los 62 golpes, un hito en la historia de un grande, pero su bola se paseó sin entrar en el hoyo 18 de su exhibición en el Open Británico

15 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Mr. Birdie le llaman a Phil Mickelson. Por el riesgo con el que juega, por su capacidad para arañar golpes al campo, por su imaginación. Todo se unió ayer en una tarde soleada en Royal Troon, en la costa oeste, en el fiordo del Clyde. El viento amansó en el inicio del Open Británico y el zurdo de San Diego empezó a ver los hoyos inmensos y celebrar aciertos. Con birdies en los hoyos 2, 4, 6, 8, 10, 14, 16 y 17. Llegó a la última calle con la posibilidad de lograr una hazaña inédita en un Open, lo nunca visto en ninguno de los cuatro grandes: 62 impactos. Y en su segundo golpe dibujó un hierro fabuloso que dejó la bola a unos cinco metros de la bandera. Posible, pero no fácil. Si embocaba, firmaría los 62 golpes de ensueño. El récord absoluto en un major. Consciente del reto que tenía por delante, estudió la caída lo justo para no obsesionarse demasiado y ejecutó con mimo el putt. La bola arrancó como teledirigida hacia el hoyo y en un último instante se paseó por encima, en lo que se conoce como una corbata en la jerga de golf, y salió. El público lamentó no haber vivido un instante único. Pero Mickelson abandonó el green con otros dos premios en su bolsa. Con su 63, acababa de batir el récord del campo y se iba a cenar, claro, como líder. 

Royal Troon se mostró más asequible de lo que se esperaba. Cayeron birdies por todos los rincones del campo. Y Mickelson jugó con confianza y alegría en busca de su segundo título en el Open Británico. Cuando se marchó ovacionado para firmar el 63 en su tarjeta (-8), todos le recordaban que había estado a punto de hacer historia con mayúsculas del golf. «Lo sé, lo sé», repetía sonriente. Hasta 28 veces se alcanzó un resultado de 63 golpes en una ronda de 18 hoyos de un grand slam, desde que Johnny Miller lo consiguió en el US Open de Oakmont en 1973. Pero nunca de 62. 

El defensor, bien situado

A los 46 años, Mickelson se fabricó en Royal Troon una buena oportunidad para pelear por la Jarra de Clarete. Lidera el arranque del Open con tres hoyos de ventaja sobre el alemán Martin Kaymer y el estadounidense Patrick Reed. Otro golpe por detrás figura un grupo encabezado por Zack Johnson (-4), el defensor del título de hace 12 meses en St. Andrews. Entre los principales favoritos, Rory McIlroy estuvo fiable (-2), Jordan Spieth y Dustin Johnson no pasaron de discretos y Jason Day se complicó (+2).

Sergio García y Rafa Cabrera (-3) fueron los mejores españoles. Miguel Ángel Jiménez, que celebró un eagle en el 16, firmó el par. El debutante Scott Fernández llegó a verse con un par de golpes bajo par y salvó los muebles (+1), mientras que Jon Rahm pagó un mal inicio (+3).