«Vosotros, por ahora, no sois Michael Phelps»

Fernando Zarzosa ENTRE CORCHERAS

DEPORTES

04 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

De la magnitud que los logros de Michael Phelps representan para el mundo del deporte hablan largo y tendido sus 22 medallas olímpicas, una conquista impensable, estratosférica. Pero para poder entender qué es lo que lo ha convertido en una figura tan especial hay que remitirse primero a una fisiología privilegiada para la natación, para deslizarse sobre la lámina de agua de una piscina. Su altura, por encima del 1,90, unos pies y unas manos de grandes dimensiones, y los brazos largos preparados para hacer una palanca perfecta transforman su cuerpo en una herramienta excepcional sobre la que pulir virtudes. Sobre esa base se ha desarrollado un competidor resistente, que tolera como pocos el ácido láctico, y que domina al milímetro el nado subacuático, ese quinto estilo que se ha revelado tan trascendente en la natación moderna.

Pero, pese a ser sobresaliente en todos los registros, donde tal vez Phelps deslumbre como nunca es cuando se lanza para nadar mariposa. Su batido, su sensacional movimiento de pies, le posibilita respirar a cada brazada. Algo tremendamente inusual, porque en cada bocanada normalmente la cadera se cae, el tronco ondula y se incrementa el rozamiento. El Tiburón de Baltimore es capaz de minimizar el impacto de estos contratiempos gracias al golpe del que nace su estela.

Normalmente los chicos que sueñan con convertirse en olímpicos se fijan en los mejores del mundo. Y entonces me encuentro a muchos tratando de respirar en cada brazada. «Es que lo hace Michael Phelps», me dicen. Y entonces les empiezo a enumerar el compendio de detalles que son necesarios para tratar de completar los largos como un mito y no perder ni una pizca de velocidad en el intento. «Vosotros, por ahora, no sois Michael Phelps», les acabo resumiendo.

En Río, intuyo que a Phelps le costará ganar. Estoy casi convencido de que atrapará medalla en casi todas las pruebas que participa -en el relevo sería una sorpresa mayúscula que no lo hiciera-, pero se enfrenta a rivales como él, con suficiente experiencia como para que no le flaqueen las fuerzas en el momento de la verdad.

Fernando Zarzosa es entrenador del grupo de alto rendimiento de la natación gallega.