El apocalipsis del Barcelona ante el PSG se tornó de pronto en fe en la remontada
07 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Ayer, el fútbol era un valle de lágrimas. Hoy, el cielo está a la alcance de un regate. Ayer, el apocalipsis se tradujo en un 4-0 en el Parque de los Príncipes. Aquello no era el Barça, publicó el Sport. No había entrenador, apuntaba. Hoy, el Camp Nou hace sitio a una pancarta gigante, una arenga a la masa culé. «Con Messi todo es posible», avanza la prensa catalana, que en apenas tres semanas ha encontrado «razones para creer». Traducción: el 6-1 al Sporting de Gijón, el 5-0 al Celta y los 2-1 al Atlético y al Leganés. Con brillo o sin él, resultados para el optimismo.
Un sondeo a pie de campo tras la goleada al Celta corroboró lo sospechado. Aquel 4-0 de París fue un espejismo. Más le vale al PSG, según la parroquia azulgrana, pisar con tiento la hierba del Camp Nou. Messi y Neymar, como repitan actuación, son capaces de darle la vuelta a la eliminatoria y mucho más. Los cuartos de final de la Champions están más cerca que nunca. Y sí hay entrenador, aunque Lucho se haya despedido hace unos días. «Será difícil, evidentemente, no somos tontos. Pero tengo una fe inquebrantable en que vamos a poder hacer un gran partido y entrar en la eliminatoria. No sé en qué minuto, no sé en qué situación, pero vamos a arriesgar», soltó el enardecido asturiano.
No faltan ahora los que recopilan pruebas que refuten la tendencia. «Noté muy enojado a Messi por las críticas», avisa el seleccionador argentino, Edgardo Bauza. Y es mejor no enfadar a Lionel cuando aún no se ha cerrado su renovación, le faltó decir.
Otros prefieren el recopilatorio estadístico. No parece tan decisivo que el Barcelona haya firmado en lo que va de temporada doce triunfos con los que se aseguraría, al menos la prórroga (ya en la fase de grupos se impuso por cuatro a cero al Manchester City de Pep Guardiola). Lo verdaderamente importante es que las casas de apuestas han abierto los ojos. William Hill paga a 1.44 que los de Luis Enrique ganarán el partido, mientras que se paga a 6 a 1 que también cederán en el partido de vuelta.
Desde dentro del vestuario se refuerza este discurso. «Espero que hagamos un milagro», insiste Ivan Rakitic mientras Luis Suárez apunta: «Es muy difícil, pero no imposible».
Quizás sea porque es el mensaje que llega del ya entrenador en funciones, que ha ido utilizando las sesiones de vídeo de estas últimas semanas para introducirse en la mente de sus futbolistas e inocular optimismo sin retorno. «Es un partido que hemos marcado como algo importante y está en la cabeza, al menos la mía, desde la noche después del partido. He analizado ese partido más que ningún otro», desvelaba Luis Enrique.
Al parecer, medita jugar con tres defensas y ganar un centrocampista, un plan muy ofensivo que ya ensayó contra el Atlético de Madrid con éxito. «Un 3-4-3 da ventajas en ataque, podemos fijar más jugadores en su línea defensiva, podemos generar más espacios, crear superioridad en el centro del campo, tener una salida del balón mejor», analizaba. Además, Emery no podrá contar con el argentino Ángel Di María, autor de dos goles en la ida, ni con el italiano Marco Verratti.
Porque, al final y sobre todo, el quid del pase a la siguiente ronda de la Liga de Campeones estará más cerca de los pies que de la cabeza. Nadie ha podido remontar un 4-0. Como mucho, aquel Deportivo que le levantó un 4-1 al Milan. Pero era el Dépor.