
La federación, en otro acto de marginación del deporte femenino, incumple los requisitos para optar a ayudas públicas del CSD
05 ago 2017 . Actualizado a las 17:10 h.La nueva junta directiva de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) no incluye una sola mujer. Hasta 36 hombres componen el órgano rector de una entidad que sigue anclada en le pasado, en este y en otros muchos aspectos. Ángel María Villar, que se encuentra detrás del nombramiento de la directiva, no encontró una sola mujer con el perfil adecuado. Incumple de este modo los requisitos que fija el Consejo Superior de Deportes para optar a ayudas públicas.
Como mínimo, las instituciones que opten a esta clase de fondos, deben contar con tres mujeres en su junta directiva o el equivalente, como mínimo, al 33 % del total de sus miembros.
El incumplimiento de la norma del CSD puede impedir a la federación optar a varias líneas de ayudas, como el 1 % de los ingresos de las quinielas.
La peculiar composición de la junta directiva, que mientras no cuenta con mujeres sí incluye el nombramiento de Juan Padrón pese a su condición de investigado en la operación Soule y suspendido temporalmente, pondrá a prueba de nuevo la firmeza del ministro Íñigo Méndez de Vigo y del presidente del Consejo Superior de Deportes, José Ramón Lete.
Desde que accedió al cargo de presidente el 1988, Villar ha nombrado diferentes directivas en las que la presencia de mujeres fue nula o testimonial. En la época reciente figuró en la junta Matilde García.
Las directivas de Villar se han revelado durante los últimos años como abiertamente contrarias al desarrollo del deporte femenino. Entre otros temas, la federación ignoró una oferta de más de seis millones de euros por un patrocinio para las competiciones de mujeres. Además, su inversión no alcanzó durante algunos de los últimos ejercicios apenas el 1 % del total del presupuesto de la RFEF, que ascendió a 153 millones durante el 2016. Tampoco se les permite, a diferencia de los hombres, militar en dos conjuntos dentro de una misma temporada.
El propio Villar no acudió a ningún partido del Mundial del 2015 en Canadá, donde se estrenó España. Las primas a las jugadoras eran ridículas y no se les permitía, hasta hace muy poco, firmar contratos profesionales, con lo que no podían cotizar a la Seguridad Socia.
Solo con la entrada de la Liga se mejoraron las condiciones de la primera competición femenina de España.