Hacía mucho tiempo que no teníamos un inicio así en cualquier competición. España ha dado un primer paso muy positivo. Una imagen de solidez, de superioridad, de saber lo que quiere hacer que hasta nos sobró la mitad del partido con Montenegro. Y eso a pesar de que el inicio no fue favorecedor. Supongo que por medirse a España, Rice, el díscolo base del Barcelona salió enchufado y puso a su equipo arriba. Un espejismo. Los de Scariolo lo hicieron todo perfecto. Sobresaliente para Sergio Rodríguez y Willy Hernangómez. Recitales los suyos. También interesante el dato del quinteto titular, con Abrines y San Emeterio para sumarse a los ya esperados Gasol brothers y Ricky. Consistencia defensiva y abrir campo.
Corrió España, defendió muy bien. Incluso bastante bien el bloqueo directo, aquello que tantos quebraderos de cabeza nos ha dado. Y en ataque supo leer cada ventaja para poner una brecha imposible al descanso: 22 puntos eran una montaña. Pero a continuación, no sucedió nada. Fue una tarifa plana. Ni pájara ni gripado del motor. Nada. Simplemente, Montenegro tiró la toalla, claudicó. Un par de técnicas corroboraron su ausencia del encuentro.
Da gloria empezar así, porque en el grupo da la sensación que solo Croacia puede hacer un poco de cosquillas. Las otras selecciones están muy lejos. Si dicen que empezar ganando así da confianza, seguridad y no sé cuantas cosas más, esta victoria es un comienzo halagador, añorado y soñado. Sigamos así.
Alberto Blanco es asistente técnico del Lietuvos Rytas