Seis mujeres dirigen clubes gallegos en las principales categorías cuando hace cinco años no había ninguna
23 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Cada vez son más mujeres las que juegan al fútbol (2.879 licencias en Galicia al cierre de la 16/17), también las que arbitran (ya hay dos gallegas, Zulema González y Elena Casal, dirigiendo en categoría nacional) y, como no podía ser de otra forma, también dirigiendo clubes. Esta campaña son seis las presidentas que llevan las riendas de clubes, en las principales competiciones del balompié en la comunidad. En Segunda B está Lupe Murillo (Pontevedra) y en Preferente Carmen Noya (Dubra), Ana Vázquez (Ribadeo), Sandra González (Mondariz), Olga Regueiro (Ribeiro) y Marta Costas (Pontellas). Y podían ser más puesto que Ordes y Vilalonga las tuvieron hasta hace poco. Pero son seis (de 65), cuando hace únicamente cinco años, en el curso 12/13, no había ninguna.
Carmen Noya
«No quería que desapareciese el Dubra». María del Carmen Noya Iglesias (Val do Dubra, 1971) siempre ha estado vinculada al Dubra, el equipo de su tierra. Pasó cinco años en la directiva y tras la dimisión de José Antonio Ramas, Carmelina se puso al frente del club en el 2015 «para evitar su desaparición y dar viabilidad al nuevo proyecto». Es la primera mujer que preside el Dubra en sus 45 años de historia. La razón principal de su llegada al cargo se centró «en que no quería que desapareciese el club. No quería que se terminase y cada día queremos ganar más seguidores».
Ana vázquez
«Síntome querida e respetada no Ribadeo». Ana María Vázquez (Celeiro de Mariñaos-Barreiros, 1973) accedió a la presidencia del Ribadeo en el 2016. Dos razones muy concretas la impulsaron a dar el paso: la afición al fútbol y su pasión desatada por un equipo al que ya llevaba años ligada como directiva. «O anterior presidente deixouno e o club corría o risco de desaparecer», cuenta. No hizo falta que le insistieran. «Este club ten máis de cen anos de historia e non podía permitir que o fútbol se acabara desa maneira, nin por min, que me encanta, nin polos chavales que estaban no equipo», explica. Desde que es la mandamás, Ana Vázquez nunca se ha sentido discriminada o desautorizada por ser mujer. «Todo o contrario. Síntome moi querida e respectada tanto polos meus compañeiros da directiva como por todos os membros da plantilla», afirma la dirigente del club.
Sandra González
«Noto menos presión en esta segunda temporada». Sandra González Otero (Mondariz, 1985) se convirtió en el 2016 en la primera presidenta de la casi centenaria historia del Mondariz. «Mi hermano jugaba en el equipo, me gusta el fútbol y solía ir a verlo. Como suele pasar en muchos casos, no había nadie que quisiera asumir el cargo. Nadie se presentaba y me tocó a mí», reconoce.
«En general no he notado diferencias en el trato por ser mujer, cada vez se asume con más normalidad. A veces vienen del otro equipo y se sorprenden cuando te ven, pero no hay problema. Todavía sigue ocurriendo que parece como si los hombres, por serlo, ya supieran todo de fútbol y tú, por ser mujer, siempre estás aprendiendo y tienes que demostrarlo. Esta segunda temporada noto menos presión que la primera, estoy cada vez más cómoda», agrega.
Olga Regueiro
«Somos unha directiva curranta». Olga Regueiro Diéguez (San Cristovo, 1978) es la máxima rectora del modesto Ribeiro. «Cheguei ao cargo por casualidade. O presidente fundador tivo que marchar a Colombia por motivos laborais e eu estaba na directiva, colaborando. Era a única muller na directiva. Non atopei máis dificultades por ser muller. Na directiva todo se decide por consenso», apunta. «Non son moito de palcos. Aquí somos unha directiva curranta, segamos o campo, lavamos a roupa... Pero desde que estamos en Preferente si vou coñecendo algunha e vexo cada vez máis mulleres nos equipos», añade.
Marta Costas
«A veces el trato es diferente». Marta Costas (Mos, 1977) es presidenta del Pontellas desde el 2016. «Llegué a raíz de que mi hijo jugaba aquí. El club estaba en un momento complicado y necesitaba gente nueva para sacarlo adelante. Como sabían que me gustaba el fútbol, me hicieron casi una encerrona para que acabara siendo presidenta. No me he sentido nunca discriminada, pero sí que es cierto que a veces el trato es un poco diferente. Siempre hay gente que piensa que por ser mujer no sabes de fútbol. No es que te lo digan directamente, pero sabes que hay esos comentarios».
Este reportaje ha sido elaborado por Iván Antelo, Carmen García de Burgos, I. Meitín Buján, Naso Calvo, Maite Rodríguez y Míriam Vázquez Fraga
«El Pontevedra estaba encauzado a la disolución»
Guadalupe Murillo Solís (Pontevedra, 1970) es el rostro más reconocido de todos porque a dirige desde el 2014 a uno de los históricos del fútbol gallego. «El Pontevedra estaba encauzado a la disolución, la empresa que dirijo fue a la ampliación de capital y puso una cantidad importante de dinero. Y detrás de ella, como yo había pasado muchos años en este club y siempre le tuve cariño, porque es tu ciudad y conoces a las personas que están dentro, entendí que había que venir a formar parte del consejo de administración», explica.
«Este es un mundo complicado. Habitualmente no está hecho para nosotras, pero si tú te pones a ello seguro que llegas. Como mujeres tenemos tantas cosas que hacer en el mundo, que a lo mejor no apetece hacer esto. Yo animo a todas las que tienen ilusión a intentarlo, que no se desanimen antes de empezar. No está cerrado a nosotras este mundo. Mi consejo es que lo intenten, que seguro que lo consiguen. Hay que tener muchísimas ganas y saber que esto no es fácil, y que no puedes desesperarte y hundirte pronto», agrega.
las presidentas del fútbol gallego