Rubiales ya compite sin careta

Paulo Alonso Lois
Paulo Alonso REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

BENITO ORDOÑEZ

El antiguo delfín de Villar dimite como presidente de la AFE para lanzar su candidatura a la federación, pero no aclara si presentará una moción de censura

21 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Luis Rubiales ya pelea por el sillón presidencial de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) sin careta. Aunque ya era un secreto a voces que manillaba en la sombra para ganarse apoyos y manejar una entidad con 153 millones de presupuesto, ayer anunció que abandona su puesto al frente de la AFE, el sindicato de jugadores. Su salida llega solo unos días después de que ganase apoyos un movimiento para forzar su destitución. Una recogida de firmas impulsada para denunciar su dejación de funciones, su falta de transparencia y su escasa implicación en el día a día de la AFE, volcado en la carrera electoral. De hecho, llevaba meses de gira por distintos puntos de España para recabar adhesiones y prometer cargos y prebendas.

Rubiales (Motril, 1977), que llegó a la AFE en marzo del 2010, no aclaró la forma como espera optar a la presidencia de la federación. A partir de mañana, se podrá presentar ya una moción de censura contra Ángel María Villar, suspendido temporalmente en el cargo durante un año por su papel en la operación Soule. Pero evitó comprometerse a dar esa batalla. «Tengo la mayoría suficiente», se limitó a decir.

Para tramitarse, la moción de censura requiere el aval de un tercio de los 140 asambleístas. Más confuso resulta el procedimiento para que esta prospere. Con los estatutos en la mano, y en virtud de la última sentencia del Tribunal Supremo, necesita el voto favorable de dos tercios de los miembros de la Asamblea. Porque aunque la Orden Ministerial que regula estos procesos habla de que bastaría con una mayoría absoluta para producirse el relevo, esta no se trasladó a los estatutos de la federación.

De hecho, Rubiales admitió ayer que, en lugar de presentar la moción de censura que lleva meses anunciando en privado, prefiere la renuncia de Villar. Sería su camino más sencillo hasta la presidencia. Porque necesitaría menos apoyos para ganar y votaría la Asamblea elegida en mayo en medio de un proceso trufado de irregularidades.

Una tercera vía para el relevo de Villar pasa por la repetición de todo el proceso electoral. Pero Rubiales no quiere oír ni hablar de ese escenario. Con el dirigente vasco fuera de circulación, se facilitaría un proceso con más garantías para la elección de los asambleístas. Pero el antiguo delfín de Villar prefiere que la decisión recaiga en los 140 asambleístas actuales, pese a todas las irregularidades denunciadas en su proceso de elección. Amenaza incluso con llevar ese hipotético escenario a los tribunales. «No iba a permitir que a 140 personas se les tache de corruptos. Nadie ha acreditado que ninguna de las personas que estuvo allí fue acreditada de manera corrupta, así que vamos a respetarlos», soltó ayer.

Rubiales llegó a bromear con la forma como se perpetuó Villar. «No he venido para estar aquí 29 o 30 años, podréis írmelo recordando», dijo sobre el presidente al que traicionó. Poco concretó sobre sus planes para la federación, más allá de lugares comunes. «Necesitamos un departamento que genere ingresos; que no es lo mismo que uno de márketing, otro que se centre en lo comercial, es necesario apostar por la mujer, ya que sin el fútbol femenino no hay futuro posible; entrar en el mercado tecnológico, ser un punto de referencia internacional... Todo ello generará riqueza, que repercutirá en los que más lo necesitan».

David Aganzo le releva al frente de la AFE.

Los sobres del sindicato en la elección de la asamblea

En su deseo de ser presidente de la Federación Española, se da por hecho que Rubiales cuenta con el apoyo de los seis dirigentes de territoriales imputados en la Soule y del madridista Florentino Pérez, en este último por su velado enfrentamiento con Javier Tebas, el presidente de la Liga. También se valdría de la AFE para recabar votos y del tirón mediático de algunos futbolistas.

El carácter y la ambición de Rubiales, y sus tics frentistas, harían suponer un estilo de confrontación si pilotase la Federación. Volvería la relación difícil con la Liga, como la que protagonizó Villar durante los últimos años, bloqueando incluso mejoras largamente demandadas por el fútbol profesional, como la implantación del VAR. Solo ahora, tras la suspensión del dirigente vasco, el arbitraje español podrá equipararse con los de su entorno.

Con Rubiales, la AFE también participó en abril de las irregularidades en la elección de los integrantes de la Asamblea de la Federación. Así consta en las denuncias presentadas por el equipo de Jorge Pérez. «Se hace constar la existencia de un número masivo de sobres donde la dirección de envío aparece AFE. Dicha dirección no se corresponde con la del notario depositante, desconociendo como ha podido llegar esos votos a la notaría, cuyo código postal es diferente», indicó el antiguo secretario general de la federación en su denuncia ante el TAD.