Todos ven excesivo que la edad media del top 100 del tenis mundial sean ahora los 29 años, una barrera mucho más elevada de lo que solíamos ver. Antes los tenistas se retiraban a esas alturas, próximos a la treintena, mientras que ahora alcanzan en esa época su mejor nivel. En mi opinión, se debe a que los jóvenes no suelen contar con competentes equipos multidisciplinares, porque pagar a tantos profesionales resulta caro. Los jugadores ya consolidados sí viajan con preparador físico, fisio, entrenador... Cuidados que antes no eran tan frecuentes, servicios los hacen mejores y alargan sus vidas en el circuito. A las promesas les cuesta más rodearse de tantos profesionales y tardan en encajar todas las piezas necesarias para rendir. El caso más reciente en saltarse esa norma y llegar a la cumbre pronto fue Del Potro, cuando ganó el US Open con tan solo 20 años.
Pero la competitividad en Melbourne será enorme porque el nivel tenístico ha subido una barbaridad. No descarto sorpresas desde hoy mismo. Desde la primera ronda habrá partidos durísimos. Lo que no impide que, para mí, los finalistas saldrán de Nadal, Federer y Djokovic. ¿Quién puede romper con su favoritismo? En mi opinión talentos como Thiem, Goffin y Dimitrov, entre los más jóvenes. Y, sobre todo, un fenómeno maduro, Juan Martín del Potro, un gran competidor en citas importantes cuando le han respetado las lesiones y que fue finalista este pasado fin de semana en Auckland.