El fútbol salió victorioso con un partido muy intenso y emocionante. Ganó el que más lo buscó. El que lo mereció. El equipo que más jugó al fútbol. Pero Boca es Boca y también tuvo sus opciones, incluso con dos jugadores menos en el campo.
El primer tiempo fue de claro color xeneize. Boca estuvo mucho mejor. Tuvo más llegada y un par de ocasiones de gol ante un River que prácticamente no se acercó al arco rival. El equipo de Guillermo Barros Schelotto fue fiel a su estilo de fútbol directo, largo, sin demasiado gusto por la posesión.
En cambio River, que apuesta por un fútbol más vistoso, con buenos futbolistas en el medio del campo, varios zurdos de mucha calidad, no apareció hasta concluido el período del descanso.
La entrada de Quintero en la segunda parte cambió la decoración del partido. Apareció River entre líneas, sobre todo con los tres zurdos: Piti Martínez, Quintero y Nacho Fernández, que desequilibraron el medio del campo de Boca.
Se llegó así a la prórroga con un empate merecido. Y ahí sí que los millonarios ya fueron absolutamente superiores. Mereció más la victoria y se vio además beneficiado por una expulsión y una lesión en el rival, que se quedó con dos jugadores menos y el marcador en contra. Pero incluso así, Boca buscó la heroica y casi lo consigue. Es un club que nunca da nada por perdido. Y a punto estuvo de igualar el partido, mandando un balón al palo, cuando el portero se sumó al ataque.
Pero no llegó ese tanto y en la contra, River sentenció y se proclamó justo ganador de una Libertadores que ofreció un gran espectáculo.