Godín, el antidivo que nunca divaga

M.G Reigosa

DEPORTES

GABRIEL BOUYS

25 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Distinciones como la de Diego Godín, elegido mejor jugador de la semana en la Champions, reconfortan doblemente en tiempos en los que parecen tener más eco gestos como el de Simeone sosteniéndose o el de Cristiano Ronaldo repitiéndose. Si acaso, el defensa, conocido por el apelativo de El Faraón, estaría más cerca del primero que del segundo, porque si algo acredita a lo largo de su larga trayectoria son sus entonaciones en doble bemol y si por algo se significa es por anteponer siempre el grupo al individuo. De él dijo hace algún tiempo Griezmann: «Es el líder del vestuario. Le resulta fácil hablar con el equipo, me gustaría hacer eso, pero no puedo. Siempre encuentra las palabras adecuadas para todos». Nunca divaga.

Antes de la final del Mundial de Sudáfrica, Vicente del Bosque quiso que sus jugadores se sintiesen como unos románticos del fútbol y no les habló de «intentar ganar sino de intentar jugar en equipo», según palabras del propio seleccionador. Así es como concibe este deporte Diego Godín, un antidivo que se gana el reconocimiento de sus compañeros y de sus adversarios por la manera de manejarse dentro y fuera de la cancha, por su saber estar en todos los frentes.

Quizás porque empezó como delantero y se reconvirtió en central casi de la noche a la mañana, domina todos las artes del fútbol y tiene el valor añadido de hacer mejores a quienes lo rodean. Es raro ver a Godín mal colocado. Es habitual ver cómo se anticipa a su par. Hace del fútbol un ejercicio de sencillez, por su facilidad para escoger, las más de las veces, la opción menos complicada. A todo ello le añade un instinto competitivo fuera de toda duda, quizás resumido en una de sus frases: «O ganas o aprendes». Y cuando se incorpora al ataque, sobre todo en acciones a balón parado, se convierte en un delantero más. Suyo fue el segundo gol ante la Juve. Suyo fue también el gol que le dio la liga al Atlético en el Nou Camp. Pero se adorna tan poco que parece que los méritos fueran de otros.

Cuando se habla de valores en el deporte, y particularmente en el fútbol, es bueno tener presentes nombres propios como el de Diego Godín. Conoce todos los códigos y no se los salta.