El equipo entrenado por Elena Roca y Pablo Artime se impuso al INEF en Madrid (31-15)

Pablo Gómez
Periodista con más de dos décadas de experiencia en información deportiva y gastronómica.

«La primera vez que nos enfrentamos, perdimos 75-0», recordaba Mónica Castelo a La Voz apenas unas horas antes de disputar la final de la División de Honor en el campo de Las Terrazas de Alcobendas (y no en el Central como había prometido la Federación Española de Rugby) contra el INEF de Barcelona, el club más laureado del rugbi femenino español.

Pero ella misma advertía que el CRAT había evolucionado. Tanto, que acaba de sumar a su palmarés el segundo título nacional absoluto para el equipo coruñés, hito histórico en el deporte oval en Galicia. Se sitúa de este modo como tercero más laureado, por detrás del INEF (cuatro títulos) y el Olímpico (tres).

El partido se presentaba como el clásico entre los clásicos y no defraudó. Las coruñesas apostaron por su movilidad y por la continuidad y las catalanas se manejaron en aguas intermedias, sin renuncia por completo a la entrega física. Pero también en ese factor el CRAT es un conjunto que ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos.

Con un sistema táctico nuevo, una plantilla renovada y un cuerpo técnico debutante en la categoría, la progresión del CRAT es encomiable.

La muestra fue la final de la máxima categoría. Supo sobreponerse a un bajón de media hora en la segunda parte, después de un primer tiempo espléndido.

El partido comenzó con un CRAT arrollador (dos ensayos, Baye y Joana, con sus correspondientes transformaciones, siempre Olalla en este apartado, en los diez primeros minutos) que ya dejó claro que la historia ha cambiado. O, mejor dicho, que el CRAT ha cambiado la historia. Esta temporada ha sido el segundo que más ha ensayado, fruto de esa clara apuesta por la movilidad ofensiva.

A los cinco minutos reaccionó el INEF por medio de un ensayo de María Ribera que irrumpió por el flanco derecho.

Si embargo, ya rondando la media hora el balón vivía en el campo del equipo catalán. Fruto de ello llegó el ensayo de Monica que situaba, junto a la transformación el 21-5 en el marcador. Los placajes a dos completaban un partido casi perfecto del CRAT en todos los ámbitos, a pesar de la comisión frecuente de golpes.

El INEF lo intentaba agrupando, abriendo y con carreras largas, mientras las coruñesas creían en la mano ganadora. El tramo final del primer tiempo reflejaba un INEF que intentaba adaptarse a las circunstancias ante un CRAT que ya dominaba hasta las melés y practicaba un buen juego de pie para instalarse en la línea de 22 rival.

El descanso no sentó bien a las coruñesas que seguían concediendo golpes. Las individualidades del INEF a base de carreras desordenaron al CRAT (que bajo intensidad y perdió el balón) y dos ensayos apretaron el marcador a falta de veinte minutos (21-15). Solo el desacierto en las transformaciones evitaron que el partido fuese empatado.

Cuando peor lo estaba pasando el equipo entrenado por Elena Roca y Pablo Artime, apretó los dientes y Mariana Romero mató el partido en el minuto 70 (26-15). Delamere hizo el último en el minuto final (31-15).

Como colofón, Paula Medín y Mónica Castelo disputarán con España la final del Campeonato de Europa de XV contra Holanda el sábado 30 a las 16.00 horas en el estadio Central de la Ciudad Universitaria (Madrid).

Un campeonato contra los elementos

La primera vez que la internacional Mónica Castelo se enfrentó al INEF, el CRAT perdió por 75 puntos a cero. Tanto Castelo como el equipo coruñés certificaron con su 31-15 que la historia del deporte oval español ha zanjado un ciclo para comenzar otro.

El campo de Las Terrazas en Alcobendas (y no el Central, como había prometido la Federación Española de Rugby, la FER) fue el escenario del segundo título de División de Honor para el CRAT, la máxima categoría del rugbi femenino español. Sobre el césped artificial, un golpe de realidad: jugaron la final dos equipos de la periferia, en clara inferioridad de condiciones respecto al grueso de la Liga, madrileño (cinco de los ocho participantes; el otro es de Sevilla).

El INEF de Barcelona tuvo que fusionarse con el R.C. Hospitalet para poder completar una plantilla con la que competir en la élite. La norma de la FER obligó al CRAT a crear un equipo filial, sin tener en cuenta la escasez de licencias de rugbi en Galicia en relación con otras comunidades autónomas. Esto provoca también que el equipo coruñés no disponga de rivales de entidad para prepararse para su temporada en la élite (a menos que ahonde en la penalización económica que supone desplazarse para disputar la Liga), de modo que se presentó en el inicio de campeonato sin haber disputado un solo minuto de pretemporada. A pesar de estas circunstancias, hace apenas unos días, el filial se proclamaba campeón autonómico y el primer equipo logró su segunda División de Honor.

Estos dos títulos, más cinco subcampeonatos (en nueve ediciones), avalan el palmarés del vigente campeón de España de rugbi XV, al que es habitual verlo entrenarse en parques públicos y en penumbra, ante la reiterada indisponibilidad de un campo donde ejercitarse y jugar durante prolongados períodos de tiempo.

Diego Dolán

La ausencia de un patrocinador privado principal que sostenga un presupuesto penalizado por los constantes desplazamientos desde Galicia (los equipos madrileños acuden en metro y evitan abonar alojamientos en la mayoría de las jornadas de competición) añaden lastre a la supervivencia del club de referencia en el rugbi femenino.

A pesar de todos los obstáculos, el club coruñés se las ha arreglado para redoblar su apuesta por el equipo femenino, con la profesionalización de todas las tareas técnicas vinculadas a la competición y sosteniendo el nivel de una plantilla que tuvo que buscar relevo generacional a las internacionales más laureadas del rugbi español en una disciplina completamente amateur, pero con exigencia absoluta de deporte profesional.

Madres, trabajadoras, novatas, promesas, internacionales y extranjeras... ellas

«La clave ha sido el gran trabajo de Elena Roca. No es fácil mantener motivadas a 46 jugadoras para que mantengan un alto nivel de sacrificio durante toda la temporada». Habla el CRAT, en boca de uno de sus integrantes más influyentes de los últimos años.

La obligatoriedad de crear un equipo filial en el año de su llegada al banquillo provocó que la entrenadora Elena Roca decidiese unir las dos plantillas, a todos los efectos. También profesionalizó la estructura técnica y la dotó de especialistas. Pablo Artime es su experimentada mano derecha. Alfredo López, su homólogo con las más jóvenes. Juan Carlos Fernández es el analista de vídeo. La preparación física corre a cargo de Saúde Training SCP (Oli Vilela y Diego Fariña). Rogelio Sabio entrena melé y delantera. «Gracias a ellos se corrigieron errores durante la Liga. Además, nunca había visto en mis años de rugbi un entrenamiento físico así. La pretemporada en la playa fue durísima. Por eso, cuando perdíamos al principio mantuve la fe. ‘En marzo estamos como motos’, me dije», reflexiona un integrante del club.

MARCIN FLISIKOWSKI | LOF

Conjugar esta exigencia con el amateurismo del rugbi femenino español no ha sido fácil. En el vestuario del CRAT conviven madres como Micaela Martínez y novatas de 16 años con un futuro prometedor, como Alejandra (medio melé internacional sub-18) y Sara (segunda línea). En el filial destacan Maitane y Lucía, pero también las campeonas en el 2015 Selene y Danae. La selección española emerging cuenta con Joana y Ainhoa (fija en seven) y Lucía fue internacional en categorías inferiores antes de llegar al CRAT.

MARCIN FLISIKOWSKI | LOF

Ellas están en camino de labrarse un palmarés como el que lucen las internacionales Paula Medín (olímpica) y Mónica Castelo (también campeona de Europa), Elsa (que fue mundialista). La neozelandesa Shaan Waru abrió un camino a las que optan por A Coruña para jugar al rugbi y completar su experiencia vital o laboral. Tras Maia y Sheena llegaron las australianas Saxon y Nella. Este año, las neozelandesas Baker, Baye y Delaware, y la internacional venezolana Mariana Romero se unieron a la plantilla.

El rugbi es su pasión, pero sus profesiones son de lo más variopintas: gestora deportiva, técnica de Hacienda, artista circense, veterinaria, profesora, fisioterapeuta, enfermera, dependienta, abogada, estudiante...

Paula Medín, capitana: «Lo que ha crecido el club y el rugbi femenino... y hemos aguantado»

GONZALO BARRAL

Para el rugbi, Paula Medín (Cambre, 1984) es Alevín. Ha perdido la cuenta de las veces que su rodilla dimitió. Otras tantas, regresó a lo más alto. El fin de semana, junto con Mónica Castelo, jugará con España contra Holanda la final del Seis Naciones B. Ahora está concentrada en el CAR de Madrid.

-Se quedó sin festejo.

-Para nosotras, es como si no hubiésemos ni disputado una final.

-¿Sin emociones?

-Tampoco es así, pero ahora ya estamos con el bajón. Y reflexionando sobre lo que hemos crecido como club, lo que ha crecido el rugbi femenino. Y hemos aguantado el ritmo, gracias a la apuesta del club por fichajes que hacen subir el nivel a todas las de la casa. Y la labor de Helen (Elena Roca) captando jugadoras y haciendo entrenamientos de calidad con el filial.

-¿Vio peligrar el título?

-Yo les dije: «No se nos puede escapar». Porque ya lo había vivido contra el Olímpico. Está bien que las finales sean difíciles, aunque te pongan un poco de miedo en el cuerpo. Pero escaparse, no. No podía ser.

-¿Cómo se sintió?

-Mentalmente, me costó un poco volver. Estaba motivada, pero dar tu mejor versión sabiendo que no puedes... tenía cierto miedo, no estaba suelta. Jugué, pero no bien, bien. Ahora me ilusiona jugar con España y encontrarme conmigo misma.

Elena Roca, entrenadora: «Superamos el momento crítico siendo nosotras mismas»

CESAR QUIAN

Un mito del rugbi español, pionera en el balón oval en Galicia. Campeona de Europa de XV, de España de VII, jugó el Seis Naciones y fue tres veces mundialista. Desde ayer, la División de Honor es suya. Elena Roca Moro (A Coruña, 1976) inició a lo grande su nueva etapa.

-¿Lo ha asimilado?

-Me he tomado unas horas de desconexión para reflexionar. Es la primera llamada que atiendo. Ahora empiezo a encajarlo en su contexto.

-¿Y cómo encaja?

-Pienso que es el justo premio al trabajo de equipo.

-Respuesta clásica.

-No. En serio. Toda la temporada la hemos dedicado a intentar ser un equipo. Creo firmemente que es así como llegan los resultados. Y en ese sentido hemos seguido una línea ascendente.

-Quién lo iba a decir tras el inicio de temporada. Campeona a su primer intento.

-Pero porque las jugadoras captaron el concepto táctico y de equipo en la primera temporada. Podría haberles llevado dos, pero no. Lo lograron en la primera.

-¿Se cierra un ciclo o se abre otro?

-Ambas cosas. Ahora se requiere más implicación, dar más de sí que antes. La exigencia de esta División de Honor es máxima. Las jugadoras de ahora disfrutan las rentas de las que sufrimos competiciones menos consolidadas, aunque exigentes. El nuevo ciclo implica adaptarse a esta nueva manera de competir el rugbi en esta Liga y que todo ese esfuerzo merezca la pena.

-¿Vio peligrar la final en algún momento?

-No, en realidad. Fue una final disputada, igualada. Muy apretada, de verdad. Pero supimos mantener el control con nuestro juego de ataque y conservando la posición. Siendo nosotras mismas superamos el momento más crítico de la final contra el INEF.

Pedro López-Sors, presidente: «La tensión que viví durante este partido fue terrible»

MARCOS MÍGUEZ

Llegó a la presidencia en mayo del 2016 después de casi trinta años de vínculo con el club. Pedro López-Sors Cano (A Coruña, 1978) se mostraba exultante minutos después de la final de Alcobendas. Su voz reflejaba toda la tensión positiva acumulada en pos de un objetivo máximo.

-¿Cómo vivió el partido?

-Pues desde el palco, pero con una intensidad incomparable.

-¿Confió siempre en la victoria?

-Sí, porque, además, hubo un montón de situaciones que me recordaron a la final que perdimos en Burgos contra el Olímpico. Algunas no fueron muy positivas en términos personales, pero el 21-5 al descanso y el bajón posterior en el inicio de la segunda parte eran premonitorios.

-Y al final, ganaron ustedes.

-Es que, afortunadamente, el partido fue un calco del aquel de Burgos. Pero la tensión que viví durante este fue terrible, te lo garantizo.

-¿Se termina un ciclo?

-Yo pienso que empieza otro que puede ser realmente bueno.

-¿Por qué?

-Porque hay jugadoras que disputaron su primera final y han rendido a este nivel. Eso significa que tienen un recorrido inmenso.