Construir la victoria asumiendo el riesgo

Manuel Pombo

DEPORTES

CESAR QUIAN

11 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando se produce un relevo en un cuerpo técnico, es porque el modelo de juego está fracasando. No responde a su objetivo, que es ganar partidos. El fútbol es complejo y para llegar a esta situación son muchos los desencadenantes. Un valor seguro en los modelos de juego en una liga larga como es esta de Segunda División, es la regularidad. Esta puede estar basada en conseguir un alto número de partidos manteniendo la portería a cero. Solo así aseguramos puntuar, y en muchos partidos, asegurando este factor defensivo, damos el paso hacia la victoria.

Aquí reside la primera gran pregunta para solucionar la liguilla de nueve partidos que quedan. ¿Invertimos en riesgo o seguridad en el sistema de juego? Durante estos últimos partidos, el equipo genero pocas situaciones de finalización de cara a gol, y tuvo la capacidad de empatar en varios encuentros. Se primó la defensa sobre el ataque, describiendo el volumen de juego que se generó.

Ahora toca analizar cómo encontrar un modelo de defensa que nos permita generar muchas situaciones de ataque. El tiempo se acaba y solo vale ganar partidos. Para ello, si observamos como jugó hasta ahora el Deportivo, el planteamiento cambia. Para poder tener un volumen alto de ataque, hay que recuperar la pelota cerca de la portería contraria, por lo que, la presión de la salida de balón del equipo contrario es un claro objetivo a alcanzar. Con esta presión podemos aumentar las situaciones de finalización en el área rival. Es útil, al hilo de esta idea, un retoque en la frase que utilizaron muchos técnicos en el fútbol: «El mejor ataque es una buena defensa».

El segundo elemento es el intento de no vivir del error del rival y conseguir provocárselo nosotros. Si utilizamos, por ejemplo, el pase largo buscando a los puntas, siempre el acierto de nuestros delanteros, que están en inferioridad numérica, se deberá al fallo del defensa o a la calidad de nuestro jugador, pero no a haber creado una situación colectiva que obligó a equivocarse al equipo contrario. Por esto, el juego desde la salida de nuestro portero, debe ser más combinativo, con más riesgos en la circulación del balón, con más apoyos y un uso del tercer jugador en cada jugada, y nos dará más beneficios en el desequilibrio al equipo contrario. Ganar es una combinación de riesgo y seguridad en el equipo.

Ahora toca que el equipo ante el Osasuna, asuma la verdad para estos nueve partidos. Tiene poco que perder y mucho que ganar. Esta es la actitud en este final de liga, el riesgo debe implantarse en el modelo de juego. Toca desequilibrar la balanza y mentalmente aceptar este reto.

Manuel Pombo es expreparador físico del Racing de Ferrol, Lugo, Oviedo, Mallorca, Betis y Deportivo y profesor en la UDC.