Tiger Woods, nacido para el Masters de Augusta

Manuel Piñero

DEPORTES

LUCY NICHOLSON / REUTERS

Tiger focalizó toda su preparación para un torneo que domina como nadie... Y que le sonrió en el paso por los hoyos 11, 12 y 13

14 abr 2019 . Actualizado a las 22:34 h.

Tiger Woods tiene el juego perfecto para rendir en Augusta; y el campo le ha recompensado con brillantes resultados. Ese idilio se retroalimenta. Por eso focalizó su preparación para el Masters del 2019, consciente de las grandes posibilidades de relanzar su carrera en uno de sus escenarios fetiche. Y por eso de ahora en adelante centrará su planificación en los grand slams. Su merecida victoria encontró en el Amen Corner el justo empujón de una cierta dosis de fortuna. Su escapada en el dirver del 11 terminó en un lugar desde el que era posible buscar el green -igual que en el 10- y no dejarse un bogey tan molesto cuando Molinari, su gran rival, controlaba aún la escena. Luego en el 12 el italiano se fue al agua en el principio de su colapso, mientras que Woods jugó con prudencia. Y por último, en el 13, la salida algo por la izquierda de Tiger estuvo muy cerca de verse frenada por las ramas, pero en realidad no tuvo castigo. En esa sucesión de hoyos dejó encarrilada su victoria, cuando podía haber tenido más dificultades.

MOLINARI

Cometió un error estratégico en el 12, al contrario que el ganador, más inteligente

Cuando hable con Pello Iguarán, su cadi, será lo primero que le pregunte. ¿Cometió Moinari un exceso de confianza en el 12, al verse tan fino que quiso atacar directamente la bandera? El golpe de salida terminó en el agua, eso lo sabemos, cuando para el líder lo más ventajoso habría sido jugar más a la izquierda, al centro del green, justo lo que hizo Woods al ver el error de su rival. Así pudo cobrarse luego, en ese lugar, dos golpes el futuro campeón del Masters.

EL SWING DEL GANADOR

Un movimiento más compacto, que le da regularidad y le permitirá competir más años

En los dos últimos años hemos apreciado un movimiento diferente en Tiger. Con sus problemas de espalda y rodillas, hizo de la necesidad virtud y cambió a un swing mucho más compacto que nunca, en el que la espalda no se arquea tanto, sino que se mantiene recta. Ese gesto le permite ser más regular, evitando escapadas como las de antes, y daña menos su cuerpo. Puede repetir constantemente ese movimiento. Ahora es mejor que antes desde el tee y está juando mejor que nunca en ese aspecto.

LA CABEZA

Nunca se desvió de su camino pese a no ser líder

Tiger Woods volvió a marcar diferencias en la parte mental. En ningún momento pareció desviarse de su camino, pese a no ir líder hasta bien entrada su cuarta ronda. Como lee tan bien el campo de Augusta, jugó muy confiando en sus posibilidades de principio a fin. Cuando Molinari estuvo delante, él mantuvo su ritmo y esperó a que los demás decayesen. Sucedió como pasaba antes, que volvió a intimidar a sus compañeros de partida.

EL PUTT

No se gana un Masters sin estar muy bien en los greenes

No se gana un Masters de Augusta si no se patea bien. Y Tiger volvió a brillar en esa faceta durante los cuatro días de competición. Pero es que lo que ha hecho en el último año parecía enfocado al Masters. A partir de ahora intentará batir el récord de Nicklaus para ser el número uno de la historia, y se va a centrar mucho en los grand slams.

Un justo ganador y varios jugadores reforzados

Cuando Tiger logró el birdie en el 15, habría apostado que embocaba el 16 en solo dos golpes. Tal como estaba colocada la bandera en ese emblemático hoyo, era suya. Y lo fue. Conoce el campo como nadie y ahora parece que transmite otra imagen a su paso. Se le ve disfrutar más de lo que hace, y de su relación con el público y los compañeros, de una manera más cercana y menos distante.

El triunfo de Tiger, por su impacto como estrella indiscutible de este deporte en las últimas décadas, es muy bueno para el impulso del golf.

Un par de apuntes al margen de la victoria de Woods. Acertó el Augusta National al adelantar el desenlace del torneo y evitar un más que posible aplazamiento al lunes por la tormenta. El club gestiona mejor que nadie todas estas circunstancias y hoy en día disponemos de herramientas suficientes para evitar que el juego se desluzca por las interrupciones o los aplazamientos.

El campo estuvo, además, impecable, como la imagen contemporánea del golf americano en todos los sentidos. Aunque se mostró más amable de lo habitual debido a las lluvias de los días previos al Masters. La bola se paraba en los greenes de una forma más beneficiosa para el jugador.

Más allá de Woods, el Masters confirma a Koepka como un sensacional jugador de grandes. Si no llega a fallar los putts en los dos últimos hoyos habría forzado al menos el play off. Pese a que no ganó su primera chaqueta verde, entiendo que su rendimiento supone la confirmación de Francesco Molinari, un jugadorazo.

Entre los nuestros, Jon Rahm nos va a dar muchas alegrías. Terminó noveno y ha estado en sus tres participaciones a un buen nivel. Lo dijo Gary Player: «Augusta está hecho para Rahm y ganará alguna vez el Masters».