El ganador de moto2 analiza su estreno como compañero de su hermano Marc, el campeón de motoGP
09 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Alex Márquez (Cervera, 1996) no deja de sonreír. Quiere disfrutar de su título de campeón del mundo de moto2 sin que su recién estrenado estatus de piloto de motoGP le haga olvidar lo logrado. Todo antes de encarar un año 2020 crucial en su carrera deportiva. Y al compartiendo equipo con su hermano Marc, campeón del mundo, en Repsol Honda.
-¿Ha disfrutado poco del título de moto2, no? Cinco años peleando, y en unos días ya estaba con la cabeza en motoGP...
-Ahora viene el invierno para disfrutarlo. Pero, sí, es una situación extraña porque parece que el título sea de hace un año. Como ha pasado esto ya nadie se acuerda. ¡Ni yo a veces! Me tengo que decir: «Hace un mes en Malasia acababas de ser campeón». Bueno, ha venido todo como ha venido, pero no hay que olvidar que soy campeón del mundo de moto2 y que el objetivo se ha cumplido.
-¿Cuál ha sido el peor momento de esos cinco años?
-Yo creo que el 2016. Empecé mal el año y tenía que renovar y no era un momento fácil. No tenía ni fuerza para negociar. Y el equipo decidió darme otra oportunidad, otro año, y firmé sin pensármelo. Porque creía en el proyecto, creía que se podía conseguir el objetivo, pero no ha sido fácil. Hubo momentos no de dudas, sino de bajón, de decir: «Buah... qué duro se está haciendo».
-Cuando cruzó la meta en Malasia, ¿la sensación fue más de quitarse un peso de encima o de felicidad?
-No, de quitarse un peso de encima, si soy sincero. Y una emoción de quedarte a gusto, de cuando consigues algo. «Bufff..., ha costado, pero ha llegado». Fue un momento especial, bonito, y que ha sido como un alivio.
-¿Le da la sensación de que tiene que correr siempre con una mochila de presión extra? Por quién es su hermano, por donde ha corrido y donde va a correr ahora...
-Sí, de tener quizás que demostrar más, o más rápido que otros, o que se me cuestione más. Pero es algo con lo que, con el tiempo, he ido aprendiendo a convivir, porque al principio me costaba. Cuando eres más joven es más difícil de asimilar todo lo que la gente dice. He aprendido a convivir con ello y es algo que ya ni me molesta. Me es indiferente.
-Su hermano nos decía que le aconsejaba olvidarse de todo, de redes sociales, no mirar nada.
-Claro. Por ejemplo, en el 2015 y el 2016 me fijaba mucho en las redes sociales, en lo que decía la gente, y al final es peor. Entras en un bucle del que no sales. Esa época, esos dos años, creo que han sido de los que he aprendido más como piloto y como persona en el sentido de la madurez y de no escuchar las malas lenguas.
-¿Y eso cree que le va a ayudar para motoGP? Va a competir en el mejor equipo, con el campeón al lado, con la moto con la que no ha podido Lorenzo, en el año en el que se tienen que firmar los nuevos contratos.
-¡Hasta a Pedrosa le dicen que ha liquidado la moto! Que ya es decir. Está claro que tendré presión, pero me quedo con la tranquilidad que me han transmitido desde el primer momento Alberto Puig, Kuwata San (director de HRC), todo Honda. Me han dicho: «Estás aquí, estás en el mejor equipo en el que podías estar, con la mejor oportunidad, pero tranquilo, los pasos los vas a dar de manera natural, no te fuerces a nada». Es una oportunidad que sé qué conlleva, toda la presión. Al final ser piloto de motoGP conlleva todo eso, pero más si estás en un equipo como el Repsol Honda. Es una oportunidad que solo te llega una vez en la vida. Cuando dije que sí me daba igual la presión, la mediática o la que sea, solo pienso en intentar aprovechar la oportunidad y en aprender. Es lo mejor.
-¿Cómo valora su estreno?
-Mejor. Esas sensaciones que tenía cuando probé la Honda en el 2017 lo recordaba mucho peor, de pasarlo peor encima de la moto. De ese test me preocupaba sobre todo la posición sobre el vehículo, pero la Honda ha cambiado, es un pelín más grande y de ergonomía, la verdad, es que me sentí muy bien desde el primer momento. Y era lo que más me preocupaba, así que eso ya fue positivo. Me sentí mejor sobre todo en Jerez, porque Valencia es más crítico, y pude dar un paso adelante. Lo importante de los cuatro días es que nunca me he estancado, siempre he mejorado. En Jerez pude ser el mejor debutante, aunque no me fijo mucho en eso, sino en intentar estar cada vez más cerca de los primeros.
«Intento sacarle información a Marc, pero ya me ha dicho que me dirá pocas cosas»
La entrada de Alex Márquez en motoGP es la del campeón del mundo de Moto2 del año 2019 aunque, inevitablemente, también la del hermano del hexacampeón del mundo de la máxima categoría del motociclismo, con todo lo que eso supone tanto a nivel deportivo como de repercusión mediática internacional. «Marc está mejor de este hombro que del anterior, aunque sabe que requerirá del mismo tiempo», explica Alex sobre la operación a la que este se ha sometido recientemente, a la vez que bromea sobre esa singularidad de la convivencia entre dos hermanos en un mismo box y lo que pueda esto aportar teniendo a quien tiene a su lado.
«Le he intentado sacar alguna información, pero ya me dijo en broma que me irá diciendo pocas cosas, porque me vio rápido en alguna curva. En Jerez, en el box ni nos vimos casi, porque cada uno estaba con su equipo», recuerda Alex. Un aspecto, el del muro informativo entre los dos familiares que, conociendo el lado protector que Marc tiene hacia su hermano menor, cuesta creer. «¡No! La información y el trato son cosas diferentes. Consejos me ha dado muchos, aunque una cosa es que te lo digan y otra que salgas ahí a pista y hacerlo. Me dice: ‘Entra un poco más tarde, frena más tarde’, como si la moto fuese solita», describe el campeón de la segunda categoría.
«Sí que me da consejos, sobre neumáticos, sobre las dudas que yo pueda tener en una categoría nueva, cosas que me puedan ir sirviendo. Porque él tampoco me quiere decir muchas cosas para no agobiarme, sino para que poco a poco lo vaya cogiendo», añade el debutante en la categoría reina.