De prácticas por el coronavirus

DEPORTES

MARCOS MÍGUEZ

Con la carrera de Farmacia acabada, a Toni le cogió la crisis en A Coruña y al no poder regresar a Asia para continuar con su carrera de futbolista profesional decidió realizar la praxis

14 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Toni Rodríguez Dovale (A Coruña, 1990) tenía previsto regresar a Asia para continuar con su carrera de futbolista profesional, pero el coronavirus le cogió en casa y lo cambió todo. Con la carrera de Farmacia acabada y con las prácticas pendientes, decidió comenzar el período de cuatro meses de prueba en la farmacia que regenta su madre. Y como boticario está viviendo todo un máster ante la alarma social. Eso sí, tampoco desatiende su faceta como futbolista y se entrena todas las mañanas por su cuenta con la esperanza de volver a disputar un partido más pronto que tarde.

El que fuera jugador del Celta, con pasado en La Masía, volvió de Tailandia, su último destino balompédico, a finales del año pasado, cuando la pandemia afloraba en aquellas latitudes. «Allí se notó antes, hace un par de meses que la situación estaba un poco complicada, pero ahora parece que aquello está más controlado cuando aquí todo lo contrario», comenta.

Superado el período vacacional, la intención del atacante era volver al continente asiático, a otro país de la zona que no quiso desvelar. «En febrero iba a volver, pero lo pospuse un poco por temas familiares y ahora que me iba a marchar aparece todo el lío. Tenía opciones bastante avanzadas con algún equipo, pero los ciudadanos españoles que quieren ir allí deben pasar una cuarentena», explica.

Entonces, vio la posibilidad de comenzar con las prácticas de farmacéutico que tenía pendientes desde hace cuatro años, cuando acabó su carrera y el proyecto fin de grado. «Las tenía pendientes y para no perder el tiempo, por las mañanas sigo entrenando (hace carrera, va al gimnasio) y por las tardes voy a la farmacia. Llevó un mes y las prácticas son cuatro. Espero que no me dé tiempo porque eso significaría que esto acababa pronto».

Y en la farmacia propiedad de su madre en la ciudad de A Coruña Toni está viviendo un máster acelerado con la crisis del coronavirus. «Las prácticas se suponen que son para enfrentarte a situaciones reales y esto es una situación real y un poco extrema por cómo están evolucionando las cosas. Creo que el objetivo está conseguido», comenta con un punto de ironía.

Porque en su puesto de trabajo hace semanas que se nota la alarma social y el desabastecimiento. «Hace semanas que no hay mascarillas, la gente pide guantes, termómetros, hay una psicosis importante. La gente lleva mucho tiempo pidiendo mascarillas y eso significa que hay miedo. Hay muchísima psicosis, la gente está muy asustada». Tanta, que aún siendo nuevo, en prácticas y trabajando pocas horas, ya conoce a usuarios que visitan las dependencias hasta tres veces al día e incluso más de uno le pregunta qué puede tomar. «La farmacia para mí es un buen termómetro de cómo funcionan las cosas». Su refugio y su trabajo a la espera de que pueda volver a calzarse las botas. Preparado y en forma está.