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Con el calendario del Mundial de la ITU en el aire, optará a los títulos continentales de distancia olímpica y de 70.3
16 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Nunca había estado tanto tiempo sin competir Javier Gómez Noya, huérfano de la adrenalina que se genera en el pontón de salida del triatlón desde que ganó en octubre del 2019 el ironman de Malasia. Volcado en una preparación minuciosa y lenta para los Juegos de Tokio que debían celebrarse este verano, despejó su invierno de compromisos y ahora el parón por la pandemia y las limitaciones para viajar alargan su letargo competitivo y condicionan su reaparición. Aplazada hace casi tres meses la cita olímpica, y pendiente de completar su calendario, diseña un atípico 2020 con dos objetivos iniciales, los Europeos de distancia olímpica de Tartu (Estonia) el 30 de agosto y el de medio ironman 70.3 de Elsinor (Dinamarca) el 6 se septiembre.
El pentacampeón mundial de distancia olímpica se ejercitó en invierno en Nueva Zelanda, antes de instalarse en Pontevedra a principios de marzo. Nunca dejó de entrenar, pese a no poder nadar o salir en bici o a correr fuera de casa durante el confinamiento. Junto a su entrenador, Carlos David Prieto, y su asesor técnico, Nicolás Bayón, prefirió levantar algo el pie. Ahora ya tiene claras esas dos fechas en el horizonte. Antes, su equipo no descarta que se pruebe en alguna cita de rodaje, probablemente en España.
Además del aplazamiento de los Juegos de Tokio, el calendario del Mundial de la federación internacional de triatlón (ITU, sus siglas en inglés) saltó por los aires con la pandemia. Se anularon las citas de Abu Dabi, Yokohama y Leeds y están sin fecha la de Bermudas y la final de Edmonton. Solo parece clara la carrera de Hamburgo, prevista el 5 de septiembre, pero que Gómez Noya evitará por disputarse sobre distancia esprint, que prima a los triatletas jóvenes y explosivos. Pendiente de que otras grandes pruebas aclaren si se cancelan en este 2020 o si fijan una fecha alternativa en el verano o en el otoño, también vio como se anulaba otro de sus objetivos para cerrar el año, el Mundial de medio ironman 7.3 de Taupo (Nueva Zelanda) de finales de noviembre, cancelado por ahora sin fecha.
Así que Gómez Noya, abierto a nuevos formatos las últimas temporadas, está pendiente de cómo se redistribuyen las pruebas para añadir más desafíos a la temporada previa a los Juegos, a los que llegará con 38 años.
Relega el ironman para optar en las mejores condiciones a los Juegos
Su rendimiento en el 2019 había permitido a Gómez Noya fijarse dos retos considerados casi antagónicos en el 2020: los Juegos a finales de julio y el ironman de Hawái a principios de octubre. Esta última cita, la que pone en juego el título del año todavía en curso, pasó a febrero del 2021. Disputarla entonces cortaría la preparación del ferrolano para competir en Tokio en julio. Así que queda descartada su presencia en febrero en Hawái, donde había debutado en el 2018.
Pero, en el mismo año natural, debería haber otro Mundial de ironman en Hawái, el del propio 2021, que se disputaría en su fecha clásica de octubre. Pero para esa temporada Gómez Noya tendría que clasificarse de nuevo, gracias a un buen resultado en una prueba de larga distancia. Podría encontrar una asequible a finales de este año, pero siempre que no condicione el resto de su preparación, en la que prioriza el verano que viene en Tokio.
«Plantear al máximo nivel ambas pruebas [Tokio y Mundial de ironman] es muy complicado. Me quiero centrar en los Juegos. Quiero apostar por la larga distancia porque me apetece, pero ahora solo pienso en Tokio», avanzó hace unos días el ferrolano, que ya fue plata en Londres 2012 y cuarto en Pekín 2008.